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18 julio 2020

UNA RUTA POR CAMINOS PEDREGOSOS Y CON FUERTE CALOR

Hoy he comenzado mi ruta sabatina a las diez de la mañana, una hora ya peligrosa para hacer cualquier actividad en la calle, mucho más para correr, sobre todo teniendo en cuenta que el termómetro pronto superaría los 35º. Pero aún así, me sentí bien, aunque no fuerte como en otras ocasiones.
Scott ZAPATILLA KINABALU Zapatillas de running hombre Opté por una ruta pedregosa por caminos solitarios y calurosos de la Vega granadina, por lo que la mejor opción era elegir las zapatillas de trail Scott Kinabalu, que apenas han conocido las piedras, a excepción de dos entrenos, uno de ellos por la Sierra de Huétor. Al poco de adquirirlas llegó el obligatorio confinamiento y con posterioridad, a partir del día dos de mayo, cuando ya se podía correr en la calle, los circuitos eran urbanos. Y aunque es una zapatilla que no se desenvuelve mal en asfalto, no es el terreno para la que ha sido concebida.
Pero hoy sí ha disfrutado, y yo con ella.
A más de las once de la mañana cuando el sol estaba ya casi en todo lo alto, me adentraba por un camino de vega sin salida para cumplir con la distancia de once kilómetros que me había propuesto y volvieron a surgir las buenas sensaciones, toda esa mezcla de épica, calor y soledad que tanto me gusta experimentar cuando corro. Me detuve a orinar durante unos minutos bajo una frondosa moreda, junto a una acequia que lanzaba al viento su constante y relajante rumor de agua y oteé el paisaje a mi alrededor. Podía ver los picachos de Sierra Elvira, con su torreón nazarí, un lugar con historia, y me encontraba en el lugar en el que transcurrió la gran Batalla de la Higueruela que enfrentó a los reinos cristianos y al nazarí, cada vez más amenazado, y todo me parecía mágico. Tenía por delante cinco kilómetros y medio y el calor iba en aumento pero eso no me preocupaba lo más absoluto en ese momento.
Espero que las perneras, que llevaba tiempo sin utilizar, ayuden a que a que la pertinaz tendinitis del talón de Aquiles no me impida correr mañana. Por lo pronto, mientras escribo esta entrada, no está nada mal a falta de otra sesión de hielo antes de ir a la cama.  

01 agosto 2015

RUTA CALLE ANCHA DE PINOS PUENTE-CAMINO MOZÁRABE-URBANIZACIÓN LOS CORTIJOS-CALLE ANCHA (19 KILÓMETROS)

Las fotos que veréis a continuación corresponden a una ruta grabada parcialmente con la cámara deportiva SJ4000. Una ruta de 19 kilómetros que ha transcurrido prácticamente por caminos entre olivos (apenas 4 kilómetros de asfalto). La ruta salía desde la C/ Ancha de Pinos Puente, en la parte alta del pueblo, cogía el camino de Caparacena y lo dejaba inmediatamente para coger el denominado Camino Mozárabe (que también se utiliza como ruta del Camino de Santiago). Casi siete kilómetros más allá, hay que estar atento para coger otro camino similar, también entre olivos, que nos lleva hasta la Urbanización Los Cortijos-La Ribera, pasando por la Escuela de Vuelo para conectar con la carretera que une el Pantano del Cubillas con Caparacena y Pinos Puente. No obstante, dejé pronto esta carretera para conectar de nuevo con otro camino de olivos, que era de lo que se trataba en este entrenamiento y, posteriormente, volver a salir a la Carretera de Caparacena y llegar de nuevo a Pinos Puente. 
He seleccionado un buen número de fotos que irán acompañadas con un breve texto. Decir que ha sido duro, no sólo por el terreno y el número de kilómetros, sino por el hecho añadido de ir grabando el recorrido parcialmente. No obstante, eso lo suelo hacer en determinadas rutas y, lógicamente, una sola vez, porque es duro ir sacando la cámara -por pequeña que sea- conectarla, grabar y volver a guardarla...y todo eso en ruta.  

Son las las 9,30 horas de la mañana del 1 de agosto y comienza la ruta. El sol ya avisa que no habrá tregua.

Acabo de entrar en Camino Mozárabe. Polvo y olivos será lo único que veré a lo largo de muchos kilómetros.

Comienza la primera dificultad importante a los 1300 metros de iniciada la ruta. No hay problema porque las fuerzas están aún intactas.

La segunda dificultad en el tercer kilómetro es de las más importantes. La cuesta impone. Me escudaré a la derecha buscando algo de sombra.

Vuelvo la vista y vez lejano el Cerro de los Infantes. Viéndolo desde aquí se comprende la estrategia de los pueblos que lo habitaron dada su situación privilegiada que permitía dominar todo el terreno que le circundaba.  

En el kilómetro seis ya se aprecia a lo lejos la localidad de Tiena, perteneciente al término municipal de Moclín...

.....Y si se aprecia Tiena, también es fácil ver algo de Olivares, que apenas permite ver sus casas más altas, ya que el pueblo está escondido en la falda de la sierra.  

Sin embargo, si se aprecia bien el Castillo de Moclín, con su iglesia adosada a sus pies. Esta fortaleza fue una de las más importantes del Reíno Nazarí ya que dada su altura era fácil controlar la entrada de tropas enemigas. Además, desde ella era posible comunicarse a través de espejos o fuego con las principales del Castillo de la Mota de Alcalá la Real (Jaén) y la Alhambra de Granada. Entre todas éstas existía -y existe- todo un complejo sistema de torreones auxiliares, entre los que se encuentra el Torreón de Albolote.   

Cabo de dejar el Camino Mozárabe y me dirijo hacia la Escuela de Vuelo. El sol aprieta, tal y como refleja la fotografía. Voy camino del kilómetro nueve de la ruta.

Aquí podríamos decir que tenía el mundo a mis pies, dada la redondez de la imagen. Al fondo ya se aprecian los picos de Sierra Nevada.

El calor ya se va notando camino del kilómetro 10. No obstante, en ocasiones aparecía una suave brisa, que es mucho pedir si corres entre olivos.

Cuando llego a esta zona intento no mirar al frente, porque aunque parezca una broma, hay que subir aquella endiablada cuesta del final. El sol vigila lanzando sus rayos de fuego.  

Superado el kilómetro 10 pude ver la cara norte de los picos de Sierra Elvira y el Piorno. Eso significa que nos vamos acercando poco a poco al final, no obstante aún quedan nueve kilómetros.   


A la hora de iniciada la ruta, me topo con la Escuela de Vuelo y el comienzo de la zona asfaltada.

Unos kilómetros más adelante entro en la Urbanización Los Cortijos-La Ribera. Altas y lujosas casas con el Piorno de fondo. He superado el kilómetro 12 de la ruta. Ya sólo faltan siete.  

La Avenida Paraíso es enorme. Si estuviera en cualquier capital podría casi atravesarla de punta a punta. Esta avenida me dejará en la carretera que une el Pantano del Cubillas con Caparacena y Pinos Puente.

Ya he superado, por fin, la avenida y conecto con la carretera que me llevará a Pinos Puente, no sin antes volver a entrar a otra zona de olivos. En el margen superior derecho de la foto, un pájaro grande alza el vuelo y me saluda.


Como decía, vuelvo a entrar en otra zona de olivos. Por tanto, no pasaré por Caparecena, que no suelo evitar cuando no llevo agua, pero en esta ocasión sí llevo. Se trata del Camino de Santa Rosa. 

El sol cae sobre mi cabeza, pero es algo que tengo asumido.

Ya estoy en pleno camino de Santa Rosa y y he superado el camino 15 de la ruta. La buena noticia es que aún me quedan fuerzas. Más me vale.

El Camino de Santa Rosa ofrece algún respiro. Un poco más adelante el terreno se volverá a complicar. 

Ya lo dije: este terreno no da tregua.


En esta zona, el camino casi desaparece. La única opción es correr entre piedras intentando imaginarte el camino. Eso es complicado, principalmente, porque también hay una dura subida. Ya son casi las 11,20 minutos y el calor ya aprieta más fuerte.   

Superada la subida anterior, el camino se desliza hacia abajo buscando la carretera que une Caparacena con Pinos Puente. Un poco de respiro no viene nada mal a estas alturas. No obstante el camino está tan roto que cuesta correr por ahí. El Piorno ya preside toda la ruta.

Ya he dejado los olivos y corro por zona de asfalto. Estoy a punto de comenzar la subida de la conocida por los lugareños 'Cuesta de los Muertos' y a punto de entrar en el kilómetro 18 de la ruta.   

Comienza la subida. Esta cuesta siempre es dura. No demasiado larga pero sí intensa, y mucho más si ya llevas un montón de kilómetros en tus piernas y son las 11,32 horas de un 1 de agosto. 



Ya atisbo la llegada. Eso ofrece mucha satisfacción, algo indescriptible. Más satisfacción a más dura sea la ruta. 

Pocas veces se alegra uno de ver al fondo la Calle Ancha, no sólo porque nací en ella, sino porque ya estoy detenido y descansando. Misión cumplida.

08 mayo 2013

PROGRAMA DE CUESTAS

Las buenas sensaciones en la subida al Torreón de Albolote de la tarde del miércoles, ha sido motivo más que suficiente para pensar en un programa de cuestas para estos próximos meses. 
La actitud y aptitud ante las cuestas son distintas en cada corredor, pero son necesarias para mejorar o, simplemente, para transitar mejor en este terreno en competición y entrenos. Y, como decía en la entrada anterior, si se hacen correctamente se convierten en un entrenamiento excelente y que todo corredor acaba agradeciendo a nivel psicológico y físico.  
Hablábamos de ello Juan Carlos y yo esta tarde en la subida al Torreón. Le comentaba que al igual que en las series, las cuestas no han de convertirse en un sufrimiento personal. Está claro que debe de haber sufrimiento épico-deportivo, pero no tiene por qué ser personal. No corremos para odiar a este deporte; corremos para apreciarlo cada vez más y si hacemos de él un sufrimiento personal jamás llegaremos a apreciarlo.Todo lo contrario, lo acabaremos odiando. 
Por eso hay que subir cuestas de acuerdo con el criterio de cada uno. Ir todo lo lento que se quiera ir; detenerse cuando sea preciso o cuando las pulsaciones estén demasiado altas; cuando no se pueda respirar; cuando las piernas no respondan. La mejora llegará con el tiempo, no hay que preocuparse por ello. 
Yo no soy un experto en cuestas. No soy un corredor menudo (mido 187 centímetros y estoy entre los 81 y los 85 kgrs.) y, por tanto, no soy el mejor candidato para correr en cuestas. Sin embargo, por el motivo que sea, no se me dan nada mal y con el paso del tiempo y gracias a que me he aventurado a correr pruebas duras en alta montaña (Veleta, La Ragua), he ido aprendiendo algo sobre este terreno. 
Lo primero que aprendí es que el primer contacto con las cuestas debe ser en soledad. No significa que no podamos correr con otra gente, pero si lo hacemos podemos dejarnos llevarnos por su plan de entrenamiento propio y nunca tendremos el nuestro. Por tanto, lo que ha de hacer un corredor que encare por primera vez las cuestas es buscar un terreno adecuado que le guste y comenzar a subir, sin que la abrume responsabilidad ninguna. Es decir, detenerse cuando sea necesario o bien andar si lo considera necesario. Particularmente también me vino bien realizar ejercicios complementarios relacionados con las gomas o lastres para fortalecer los pies y los abdominales. Muy importante es también incluir alguna competición que se caracterice por tener un buen nivel de subida, con la idea de ir probando cómo está resultando nuestro entrenamiento. 
Por tanto, a partir de ahora, y con independencia de que no debamos apuntarnos a todos los retos, como viene a decir Rafa Bootello, integraré diversos entrenamientos en cuestas: El Llano de la Perdiz, como sugiere Javi, que es un lugar ciertamente paradisiaco, ubicado en la Dehesa de la Alhambra, la imponente y preciosa subida al Castillo de Moclín y cuando llegue el mejor tiempo, como cada año, entrenamiento en Sierra Nevada. El entrenamiento y el tiempo irá aconsejando a qué pruebas de fuerte desnivel me iré apuntando, aunque no descarto nada a priori porque me siento bien y con las fuerzas necesarias para afrontar nuevos o antiguos retos.        

07 mayo 2013

HAY QUE EMPLEARSE EN LAS CUESTAS

Las dos últimas pruebas en llano realizadas en las dos últimas semanas -Padre Marcelino y Salobreña-, me han convencido que no estoy tan mal como creía tras la lesión y el retiro de dos meses de los caminos y las carreteras. De hecho, estoy corriendo a ritmos similares a antes de la lesión. Por tanto, ningún momento más idóneo para comenzar a subir cuestas, toda vez que las pruebas que vienen a partir de ahora están repletas de ellas.  


Las cuestas nos gustan a unos corredores más que otros, pero son completamente necesarias y hay que programarlas en algún momento de la temporada. Particularmente, con el paso del tiempo he aprendido a tolerarlas. La grandeza de entrenar en ellas estriba en poder ir más sobrado y fresco en pruebas de competición que integren cuestas. No obstante, yo no aconsejo las cuestas todo el año porque a pesar de que ofrecen muchos beneficios, también pueden ser nocivas si se abusa de ellas. Pensemos que los grupos musculares que se activan en las piernas son distintos a los que se activan cuando se corre sobre llano. Por ejemplo, el isquiotibial y el gemelo trabajan mucho más, sin olvidar que la rodilla en la inevitable bajada también sufre lo suyo. 
Ahora bien, es un ejercicio de calidad y mejora del nivel aeróbico excelente si se hacen bien y con mesura. Yo, como todos los corredores, con el paso de los años he aprendido bastante a subir cuestas y sé que lo importante es ir lo más cómodo posible, dentro del esfuerzo que suponen. Y también he aprendido que es el terreno que necesita más adaptación y ejercicios complementarios, ya que tanto los abdominales como la zona de glúteos y espalda son fundamentales para subir con garantías; por tanto, son zonas que se deben de reforzar y tonificar. Tampoco viene nada mal el fortalecimiento de todos los grupos musculares del tren inferior, ya que éste va a tener que trabajar mucho. Dentro de la musculatura del tren inferior, es muy importante reforzar la zona de los abductores, algo que descuide en mi participación en la Subida al Veleta en 2011 y lo acabé pagando. 
Por tanto, tomemos nota de lo que viene ahora en la provincia de Granada para convencernos de que hay que subir cuestas. Seguramente, no participemos en todas las pruebas, pero con que hagamos algunas ya está más justificado trabajar este terreno. Veamos:
1. Prueba de Las Dos Colinas (Carrera de las Fuerzas Armadas).
2. Prueba de Fondo de Órgiva, que como sabéis tiene bastante subida y bastante bajada.
3. Prueba de Fondo de Dílar, que siempre transcurre por terreno difícil. 
4. Media Maratón de Montaña de La Calahorra-La Ragua. 

Cito estas cuatros para circunscribirme a un periodo temporal corto. Pensad que las más duras (Las Dos Colinas, Órgiva y La Ragua) se van a hacer en un mes aproximado a contar desde hoy. Por tanto, ya no es posible dilatar más el entrenamiento en este terreno. 
Por lo pronto, ya tengo preparado un entrenamiento para mañana al Torreón de Albolote y, con toda probabilidad, programaré subidas a Tiena, al Llano de la Perdiz y si hay fuerzas, es posible que hasta Moclín. 
Que la fuerza y las ganas nos acompañen.         

10 febrero 2013

CUANDO EL VIENTO TE PLANTA CARA

Van Gogh 
La tirada del sábado consistió en 20 kilómetros. Realmente es difícil salir en estas fechas, no por el frío, al que nunca he respetado demasiado, sino por el viento. Como ya he dicho en varias ocasiones, considero al viento como el mayor enemigo del corredor; al menos de este corredor. Y si el viento es frío, del norte, además de detenerte, romperte el ritmo, te deja helado y todo el calor corporal y muscular que has ido 'fabricando' a través de los kilómetros se evapora en minutos; incluso, si llega a penetrar en los pulmones no te deja respirar de forma regular. Sí, todo en él es odioso.
Pero a pesar de eso, ataviado con ropa técnica de frío (malla larga Asics, térmica, segunda capa Nike, guantes y gorro Ronhil y braga para el cuello) conseguí hacer la ruta que quería hacer a un ritmo de 4'48'', que me resultó muy cómodo. De hecho, me encontré aún más cómodo en los primeros trece, con un promedio más rápido (en torno a los 4'35''), gracias a que por esa zona de la Vega, más escorada al sur, el viento apenas era perceptible. Pero al enfilar en dirección norte, en los alrededores de Valderrubio ya el viento lo tuve de cara casi todo el tiempo y el terreno se picó de forma perceptible. Fueron siete kilómetros muy duros, en los que el ritmo decreció de forma ostensible.    

La idea inicial es programar un tirada semanal de un mínimo de 20 kilómetros con el fin de preparar un hipotética maratón, que no sé con seguridad si haré ni en qué ciudad lo haría. Pero siempre que he decidido correr esta prueba, he considerado acertado no proponerme inicialmente cuál haré, pero sí ir programando tiradas largas para pasar progresivamente de los 20 a los 25 y de los 25 a los 30 o 32, que es el mínimo exigible para afrontar un maratón con garantías de acabarlo sin necesidad de arrastrarse por los suelos. Tampoco descuidaré el trabajo del tren inferior, algo que he descuidado en las tres grandes citas a las que he acudido (MAPOMA, MARASEVILLA Y VELETA). 
No negaré que deseo que este tiempo climatológico hostil vaya pasando para ir programando mejor los entrenos.

22 enero 2013

CORRER EN ENERO CUESTA TANTO COMO LA CUESTA

Correr en enero cuesta; tanto como la cuesta de este mes, que para cada vez más gente es tarea casi imposible subir. Pero no son los motivos económicos los que impiden a un correr concienzudo correr en cualquier mes del año, sino los climatológicos. 
Como sabéis quienes seguir este blog con cierta frecuencia, no soy corredor que me amedrante ante la climatología adversa. He corrido con lluvia torrencial, bajo un inmenso manto de nieve, bajo un frío polar, en mitad de una temible tormenta y también con calor; y en pocas ocasiones he desistido de mi entrenamiento si ya me he enfundado la ropa de entrenamiento o he ido con el coche hasta el lugar de ese entrenamiento. En otras palabras, pocas veces he desistido. 
Sin embargo, tengo un gran enemigo -creo que lo tenemos todos los corredores-: el fuerte viento. No el normal viento que con sus feroces rachas en ocasiones te frena en seco, no, sino el viento huracanado que impide dar un paso, y si además éste viene acompañado de lluvia y frío el correr se hace imposible.
Y fue ese el motivo el que hizo que el pasado sábado, a eso de las dos de la tarde, ya vestido con la ropa técnica, con la malla larga, con las zapatillas atadas, con los guantes ajustados, el cortavientos más efectivo y el gorro de lana más cálido, es decir, provisto de todo lo necesario para hacer una ruta de al menos 15 kilómetros, hube de desistir; anduve unos minutos a lo largo de los primeros metros de la ruta, como suelen hacer los árbitros en el campo de fútbol para decidir si suspenden el partido y, a pesar de no querer reconocerlo y sentir cierta frustración por no llevar a cabo mi entrenamiento sabatino, hube de esconder el rabo entre las piernas y venirme cabizbajo hacia el coche, con una sensación muy extraña. No obstante, estuve unos minutos dentro del coche, como suelo hacer cuando la climatología aconseja no correr, pero como si se tratara de una maleficio el viento huracanado se multiplicó y ya sí, ya no tuve ninguna duda. Lógicamente, intenté compensar esa falta de entrenamiento con una tabla de gimnasia y abdominales un poco más exhaustiva de lo normal, pero ya bajo la comodidad del techo del hogar. No había otra opción.
No obstante, como la venganza se suele servirse en un plato frío, al día siguiente, el domingo, habiendo mejorado algo el tiempo, no lo dudé y me lancé a hacer esos 15 kilómetros que no pude hacer el sábado; eso sí, con bastante viento aún en algunos tramos, atravesando caminos embarrados y en la más absoluta soledad de la Vega, excepto la presencia de aquella avefría que  emitió graznidos a mi paso, los cuáles yo interpreté como una señal de satisfacción por ver un ser vivo en la amplia Vega, aunque éste fuera  sólamente humano.                

12 enero 2013

VUELVO A LA CALIDAD

El pasado viernes por la tarde, a eso de las 7 y pico consideré como opción irrenunciable hacer series en pista. No podía postergarlo más, teniendo en cuenta que ya pasaron los tiempos de fastos y con ellos las escusas recurrentes. 
Una buena forma de asegurar mi presencia en la pista consistió en programar ese tramo horario vespertino, que es una muy buena solución para la mentalización necesaria que comporta este tipo de entrenamiento.
Porque se trata de un entrenamiento que yo denomino 'correr-deber', que es muy distinto al 'correr-placer' que, normalmente, no exige ninguna mentalización previa, aunque sí una necesaria programación, claro está.
Así que, cuando la mitad de mi cuerpo pedía el calor del hogar y la posibilidad de ver una buena película, leer o escribir; la otra mitad -ya mentalizada- exigía 'marcha' a pesar del frío. Se llevó el gato al agua esta mitad.
Por tanto, llevé a cabo tres series de distintas distancias, obteniendo unos resultados discretos pero que me ofrecieron una satisfacción enorme, ya que lo importante era comenzar y de camino vencer la pereza posnavideña y comprobar cómo podía correr en ritmos muy similares a los ofrecidos antes del periodo navideño a pesar de que la báscula marca dos kilos más. Este fue el resultado: 

l. 4x400: 1ª:1'35''; 2ª:1'31''; 3ª:1'28''; 4ª:1'26''; R:1' 

2. 3X800: 1ª:3'08''; 2ª:3'05''; 3ª:3'03''; R.1' aprox. 

3. 2x1000: 1ª:3'55''; 2ª: 3'54''; R: 2' aprox.  

Sumar a ello, 5 vueltas a pista de calentamiento y 3 de enfriamiento más un poco de técnica  de carrera, elongación y abdominales. 

Dos horas dedicadas a la calidad, que son muy necesarias, no sólo para poder ir a ritmos superiores y cómodos en competición sino para rodar en los entrenamientos con mayor eficiencia y comodidad. 
El fin de semana se completará con un rodaje corto y suave el sábado -no más de 10 kilómetros- y otro algo más largo y rápido el sábado -alrededor de los 15 kms., con algo de subida-. 
Mientras tanto sigo estudiando la opción de qué zapatillas adquirir, abriéndose dos opciones en función de mi peso, características y tipo de entrenamiento: inclinarme por unas mixtas, tipo Adidas Adizero Boston, ideales para rodajes rápidos y cortos y series, así como competición hasta media maratón; o bien la opción de otras algo más amortiguadas, tipo Supernova Glide, Response Cushion; o incluso aún más reforzadas, tipo Triumph, Cumulus, o 2170, Nimubs o, incluso, Hispalis, que pueda utilizar en rodajes largos y competición larga. De hecho, esta última opción podría ganar fuerza si finalmente confirmo la idea de preparar un maratón para este recién entrenado 2013. Probablemente, Madrid. 

06 enero 2013

DÍAS DE FASTOS

Cerveza, vino, pacharán, güisqui, sidra, cava, comidas copiosas....todo eso, en pequeñas dosis, circula o ha circulado por las venas y arterias de este pecador cuerpo, pero ya que la Navidad de 2012 y el Año Nuevo han pasado a la historia hay que hacer balance y comparar el estado de forma anterior y el actual. Lógicamente, no puede ser mucha la diferencia, pero en mi primera salida del año, a los seis días de comenzado éste, la oxidación en la musculatura y en los pulmones era evidente, a pesar de que entre medias hubo una ruta en MBT que algo ayudó a no prolongar esa oxidación. Porque tengo que admitir que este modesto corredor no ha sido tan pacato en cuanto a vida disoluta en estas fechas como en las de años anteriores. Mucho más flexible a salida, a invitaciones, a comidas, a bebidas....sí, algo más disoluto. Esto no supondría ningún contratiempo en una persona que habitualmente no haga deporte, pero sí en quienes nos dedicamos a correr o a algún deporte de forma constante. Sabemos muy bien que la vida disoluta y alegre poco encaja con la austera y ermitaña vida del deportista, por muy aficionado que sea. 
Así que esta tarde -a eso de las tres- cuando el sol se señoreaba en los campos de la Vega y las Avefrías blancas y negras gozaban de los restos de los escasos sembrados, mis piernas, corazón y pulmones intentaban componer una mínima sinfonía de este trío de instrumentos y me deslizaba con más voluntad que acierto por esos caminos solitarios y bellísimos de la Vega invernal, pero bajo un sol casi de primavera. 
Fueron doce kilómetros sufridos a 5'09'' el mil, en los que la oxidación muscular y la sensación de torpes pasos intentaban recordar que no muchas semanas atrás pude hacer mi mejor marca personal en media maratón, pero todo indicaba que en aquel reciente mes de noviembre era otro corredor; y éste que ahora torpemente casi se arrastraba por los caminos, otro muy distinto, acompañado en todo momento con una clara sensación de más peso y menor movilidad.
Sin embargo, cosa extraña sucedió en el kilómetros 10, faltando tan sólo dos para acabar la ruta. Percibí, que de pronto las piernas comenzaron a elevarse con más osadía y menor esfuerzo y que la sombra que me acompañaba por los caminos ya no parecía que se arrastrara. Fueron dos kilómetros deliciosos, que vaticinaron que todo parecía volver a su cauce, a pesar de las molestias en el abductor mayor de la pierna izquierda, dolencia que se produjo los últimos metros del último rodaje del año recién despedido, que espero que no sea muy importante y no trunque nada como sí ocurrió en estas fechas el año pasado. Prudencia, por tanto, y rodajes suaves en estos días posteriores a los fastos.

19 diciembre 2012

HOMBRES EN LA NIEBLA


De esta guisa me encontré las pistas

¿Es posible correr con una niebla sólida como un muro? Sí, es posible. Incluso agradable, más que nada porque es una circunstancia distinta a las que habitualmente te encuentras por estos lares. Para un corredor londinense debe ser algo habitual, pero no para nosotros. 
Saber lo que te ibas a encontrar más adelante, era completamente imposible

Porque un buen bancal de niebla es lo que me he encontrado esta tarde-noche en las pistas del polideportivo de Atarfe, hasta le punto que era imposible vaticinar a quién te ibas a encontrar veinte metros más adelante, tal y como gráficamente muestran las fotos.
Pero ha sido agradable, principalmente, porque me preocupaba haber perdido ese 'puch' que había adquirido las semanas previas la Media Maratón de Córdoba y he comprobado que no ha sido así, si bien hay que decir en honor a la verdad que no me he encontrado tan fresco como en el mes de noviembre. Para colmo, el almuerzo de esta tarde no era más adecuado para hacer series. Un cálculo erróneo. 
Aún así, satisfecho. Finalmente han sido éstas las series llevada a cabo: 

2x2000 a 8'18'' y 8'08'' respectivamente; 2x1000 a 3'57'' y 3'55'' respectivamente y una de 400 de bonus con Antonio y Javi que se encontraban allí haciendo series de una vuelta a la pista. Ésta a 1'22''. Además, las vueltas de calentamiento y enfriamiento; los abdominales y las elongaciones. Acabando con un sudor quizá desmesurado para las bajas temperaturas: la humedad estaba a ras de suelo.
Una tarde-noche en la que lo lógico era estar en la mesa camilla de tu domicilio. Pero no. 
Y todo bajo esa densa capa de niebla que, incluso, al igual que ocurre en algunos países europeos, obligaba a los futbolistas que allí se encontraban entrenando a jugar con un balón rojo. 
  
Juró que en el campo de fútbol había gente entrenando
  
Como decía un grupo de chicas que entrenaban 'marcha': 'con niebla se entrena bien'. A pesar de la mucha humedad, pensé yo.    

21 noviembre 2012

PROGRAMA MÍNIMO DE CARA A CÓRDOBA

Tras la carga de kilómetros del pasado fin de semana -treinta entre el sábado y el domingo al ritmo propuesto-, comienzo la semana de desaceleración de cara a la Media Maratón de Córdoba del próximo domingo. Desaceleración pero sin prescindir de la calidad para intentar dar más punta de velocidad a esta prueba.  
No he olvidado los abdominales diarios -entre 100 y 150 repeticiones-ni la elongación, ni tampoco la sesión semanal de lastres para reforzar piernas y tronco superior. 
La tarde-noche del miércoles la dediqué a las series, ejecutando: 3x2000 +3% y R. 2''. Es decir una serie de tres repeticiones de 2000 a un ritmo de un tres por ciento -unos ocho segundos el mil- más rápido que mi mejor tiempo en promedio de mil metros en Media Maratón, recuperando entre repetición y repetición tan sólo dos minutos.  
Pista de Atletismo de Atarfe
La sesión ha sido cumplida de manera fenomenal, no sólo cumpliendo esos parámetros, sino superándolos con creces en la segunda y tercera serie; en la primera rayé muy cerca de lo fijado, corriendo por debajo en seis segundos, pero en la segunda la diferencia se fue a 17 segundos menos el mil; y la tercera se disparó a 20 segundos. Y lo mejor es que acabé con muy buenas sensaciones y capacidad para hacer una cuarta en tiempo similar. Pero la cercanía del evento del domingo me hizo desistir. Hubiera sido excesiva carta para tan breve plazo de recuperación. 
Para el jueves tarde-noche programaré un entreno de mantenimiento de entre 13 y 14 kilómetros, a un ritmo suave, en torno a los 5'' el mil, subiendo al Albayzin de nuevo; y para el viernes, una sesión corta de 8 ó 9 kilómetros a un ritmo más alegre, de entre 4'35'' y 4'40''. El sábado toca descansar porque ya estaré en Córdoba y todo ese día será dedicado al turismo por esa ciudad milenaria, que siempre merece una visita. No tocaré las zapas, excepto las que pueda ver y me puedan interesar en la feria del corredor que siempre se ha caracterizado por ser amplia y amena. Habrá que abrir los ojos a las teóricas ofertas.
Lógicamente, es muy distinto rodar en series de 2000 en torno a los 4'' el mil y poder rodar sin problemas a 4'16'' el mil en una prueba de 21 kilómetros. Sin embargo, sé que salvo desgracia o causa ajena a mí, aseguro los 94 minutos, dadas las características orográficas de la prueba; si fuera posible arañar dos más y detener el crono en 92 me sentiré más que satisfecho. Pero sé positivamente que será muy improbable quedarme en los 90 minutos porque apenas hago entreno de calidad y el poco que hago es irregular y corto en el tiempo. 
Como comentaba con Txomin en la pista de Atarfe, en esto no hay secretos -al margen de las características de cada uno-: a más entreno de calidad, mejores resultados. No es posible rodar a un ritmo determinado en una prueba de competición si antes no lo has hecho con solvencia en series, fartlek, cambios de ritmo o rodajes rápidos.         

01 noviembre 2012

UN CONVENIENTE ANÁLISIS DE CARA A LA MEDIA DE GRANADA

El entrenamiento de hoy, 1 de noviembre,  que ha consistido en un 'fartlek', me ha servido para valorar las posibilidades reales de acercarme a los noventa minutos en la Media de Granada, del próximo domingo. Un 'fartlek', en el que he intentado intervarlos de 1 km. rápido + 1 km. más lento, sin detenerme en ningún momento a lo largo de los 13 kilómetros de recorrido con la idea de forzar al organismo a no descansar demasiado, procurando hacer los cinco o seis más rápidos por debajo de 4'23'' el kilómetro, que fue la media final de la prueba de Granada del año pasado. La idea no era otra que intentar acercarme a los 4'16'' el mil, que sería la media precisa para acabar en 90 minutos. Pero lo veo harto difícil, a pesar de que ha habido una enorme progresión en las tres últimas medias. 
En el entrenamiento de hoy, los primeros kilómetros rápidos los he afrontado sin demasiada dificultad en torno a los 4'16'', pero a medida que pasaban los kilómetros cada vez me era más complicado, acabando el último rápido en 4'21'' y totalmente extenuado, pidiendo el ritmo anaeróbico la hora. 
Está claro, que no se corre lo mismo en un entrenamiento solitario y en frío que en una prueba de competición, donde las piernas son más aladas, pero es importante conocer las posibilidades que uno tiene para no crearse a sí mismo falsas expectativas, que es la antesala de la frustración. 
Con el paso de los años, el corredor que soy cada día se conoce más: sabe de sus posibilidades, en función de los entrenos que lleve a cabo. Se conoce y con ese conocimiento y un poco de estadística es posible predecir con bastante exactitud su papel en una prueba, al pairo, lógicamente de otros elementos que siempre surgen, como pueden ser el tipo de circuito, la climatología, la motivación o algún eventual desarreglo orgánico que puede venir en forma de lesión, pájara, deshidratación y un largo etcétera, en ocasiones impredecible.
Por tanto, estoy en disposición de -principalmente para meterme presión a mi mismo-  igualar la marca del año pasado, pero lejos aún de los noventa minutos (en torno a los tres minutos y algo, aún), aunque también es probable que me vaya a los 4'30'' el mil si las cosas no funcionan como quisiera. De todas formas, tampoco estaría mal esa media, algo corta, pero válida de todas formas porque uno corre por afición y placer. 
Analizando los pasos kilométricos de la Media de Granada de 2011, sigo pensando que es crucial llegar con buen tiempo y no demasiado cansado al kilómetro 14 (en torno a la hora), que es donde más o menos acaba la mayor dificultad. El año pasado, entre el 12 y el 14, que son los kilómetros más duros, perdí entorno al minuto; y también se me fueron bastantes segundos entre el 18 y el 19, donde el terreno no es de cuesta pero sí está un poco picado y las fuerzas ya me iban dejando, pero eso es probable que también ocurra este año porque el terreno es el mismo, aunque no sabemos si las fuerzas serán las mismas. 
Y es que la Media de Granada, sin ser de recorrido en cuesta, cuenta con algunos kilómetros con alguna dificultad que hace que el tiempo previsto se deteriore algo, cosa que no ocurre en medias muchos más llanas, como es el caso de Córdoba o Almería.     

08 octubre 2012

CASI UNA SESIÓN DOBLE

El pasado sábado, a eso de las 18,30 comencé una ruta que me llevó a lo largo de 17 kilómetros por distintos lugares de la Vega, a un ritmo cómodo de 4'50'' el mil, que no me dejaron maltrecho. 
Y el domingo, por la mañana -mucho antes de que transcurrieran las 24 horas de descanso- hice una ruta de 9 kilómetros a un ritmo mucho más pausado de 5'  el mil, pero por una ruta mucho más difícil. 
Se trataron de dos entrenamientos estratégicos: el primero para meter unos kilómetros prudentes y necesarios para encarar la próxima media maratón; y el segundo para exponer esos músculos aún no recuperados, dando ocasión, además, a sufrir el fuerte calor que hacía a esa hora, a pesar de estar ya en pleno otoño.
¿Son prudentes este tipo de entrenamientos? Se trata casi de una sesión doble, ya que la separación entre ambas era de unas 15 horas, que no es un tiempo lo suficientemente amplio para recuperar. 
Pensé lo siguiente para convencerme que no era imprudente esta doble sesión: si entrenamos para maratón y hacemos una tirada larga de unos 30 o 32 kilómetros, hacemos muchos más kilómetros que la suma de estas dos sesiones. Por tanto, si lo primero es factible, lo segundo no tiene por qué no serlo. 
Confieso que la segunda sesión me fue mucho más dura, pero eso lo justifico por el terreno y por el fuerte calor. La realidad es que hoy, al día siguiente, siento mis piernas descansadas y ligeras, a pesar de que he decidido no rodar. Por tanto, podría ser interesante este tipo de entrenamiento. E, incluso, beneficioso. El tiempo lo dirá.    

18 septiembre 2012

SOBRE CARRERA, LECHAZOS Y OTRAS VELEIDADES

A muchos les habrá parecido exagerado, pero no exagero -al margen de licencias literarias- cuando digo que el lechazo iba aún en mis tripas en la Media Maratón del Melocotón. El lechazo de Aranda de Duero (¿qué comerá Juan Carlos Higuero, siendo de aquel pueblo?), el medallón de solomillo de ternera de  Hondarribia en el restaurante de la propia sede del PNV o la excelente carrillada de ternera del Asador Arriaga, en el casco viejo de Bilbao, por poner tan sólo tres ejemplos. Y es que, como bien comentaba Javi, todo eso es mal combustible para el corredor. Pero es que uno es corredor por afición y no por profesión, y como he escrito en muchas ocasiones eso tiene un montón de ventajas.  
Lo que ocurre es que este tipo de veleidades gastronómicas han de tener su tiempo y como ocurre con el agua y el aceite, mezclarlas con la actividad de correr tienen sus inconvenientes. Y sus riesgos. Que menos que después del pecado gastronómico, le demos al cuerpo días de "desintoxicación" y unas cuantas sesiones de reencuentro. Pero no lo hice.  
Y no lo hice porque no hubo tiempo. Llegar de saborear todos esos platos del norte y calzar las zapas para patear por las calles de Guadix ¿Nula planificación? Sí, sin duda, pero no se le puede pedir más a un simple aficionado al running. 
Como creo que hacemos la mayoría, en la vida ordinaria suelo contenerme mucho en materia gastronómica. Es más, casi soy un ser vegetariano -aunque en absoluto lo soy- cuando ando en la vida diaria. Resulta que la dinámica del día y la necesidad de salir a entrenar día sí, día no, hace que todos nos contengamos con las comidas y las bebidas espirituosas. No por nada, sino porque con ese abigarrado combustible no hay manera de poder hacer una sesión de entrenamiento digna al día siguiente. 
Zarajos de Cuenca.
Al menos, en mi caso. Por tanto, ¿que es lo que hago para sucumbir a estos banquetes gastronómicas? Aprovechar los viajes, porque soy de la opinión que no hay que dejar de probar nada que sea típico de la zona que visitas, ya sean esas tripas asadas que en Cuenca llaman 'zarajos' o el susodicho lechazo de Aranda, pasando por todas las especialidades espirituosas o reposteras. Unas cosas te gustarán más y otras menos, pero hay que probar y dar fe de la cultura gastronómica. Si no se hace así, da la sensación que uno no ha visitado esos lugares.
Otra cosa muy distinta y es tomarle excesiva afición a esa práctica gastronómica en el día a día, porque esa práctica conllevaría con toda seguridad la lapidación como sufrido corredor. 

16 agosto 2012

UN ENTRENAMIENTO MUY "VELETERO" (15/8/2012)

Se trata de una ruta de poco más de 16 kilómetros -ida y vuelta- entre Pradollano y la Hoya de la Mora. La ruta la inicié justo a la entrada de Pradollano, dejando el coche en el aparcamiento libre que hay justo a la entrada. Lógicamente, un 15 de agosto, esta zona no tenía ni un centímetro de nieve. Estas fotos las debió coger Google entre los meses de diciembre a febrero. 

En esta bifurcación hay que coger el carril derecho para comenzar a subir con dirección a la Hoya de la Mora. 

Aquí comienzan las primeras rampas, pero no son rampas complicadas. Estos primeros kilómetros -de 3 y medio a 4- hasta llegar al cruce que conduce al Veleta, aunque son de subida, son muy llevaderos y hacen bien.  

Nos encontramos con el cruce que conduce al C.A.R.D. Seguimos rectos.

Por la fotografía pareciera que la subida es muy dura, pero no lo es. Encontraré dificultades un poco más tarde.

Llegamos al cruce que, o bien, nos conduce a Granada -por la izquierda- a través de la carretera del Dornajo, que es por donde entra la prueba de el Veleta, o bien, se tuerce hacia la izquierda que nos conducirá a nuestro destino. Es lo que hice. 

Ésta es la primera rampa, una vez dejado el cruce. Aquí presencié una fuerte presencia del viento que, junto a la cada vez más pronunciada subida, me la jugaron unos metros más tarde. 

Esta zona siempre me ha parecido muy sugestiva. Ves asomar por primera vez el  Veleta y ya se aprecia el refugio militar "General Oñate". La dureza, a pesar del viento, aún es pasable, pero un poco más adelante el viento y también el terreno me hicieron prácticamente detenerme en seco; de hecho tuve que ir andando en dos ocasiones, y hasta andar costaba. El viento si lo tienes de cara no te deja dar un paso y subiendo aún menos.  

Llego a la altura del cruce que nos dirigirá, o bien a la estación SolyNieve -que está por encima de Pradollano-, o bien, al Veleta. El Veleta, ya permanentemente visible, ejerce sobre ti una influencia tan poderosa, que siempre irás en su dirección, aunque no puedas con tu alma. Ya se aprecia el campo de césped y la pista de atletismo del C.A.R.D., instalaciones que están justo en el techo del recinto deportivo.     

Esta última rampa es corta pero muy dura. Cuando la superamos ya comenzamos a ver las instalaciones de la Hoya de la Mora. El viento cambia aquí de dirección, por fortuna.   

Estamos a 2500 metros de altura, pero no he sufrido en ese aspecto, a pesar de no haber contactado con tanta altura en un año.

Estamos en la Hoya de la Mora. Como decía aquí el viento cambió y ahora lo tenía a mi espalda, hasta el punto que, a pesar de ser una subida dura, empujaba con tanto brío que tenías la impresión de ir bajando. Tan sólo debías mover las piernas porque el viento te transportaba. Un grupo de ciclistas que venían en dirección contraria, lo tenían de cara y prácticamente los detuvo en seco. Un mal día hoy para correr y pedalear en esta zona tan imprevisible.   
Llegados a la barrera, concluí la ruta (llegué hasta el segundo palo que se atisba a lo lejos, pero el aíre me hice desistir de continuar hasta la Virgen de las Nieves). Este punto coincide con los últimos 10 kilómetros -los más duros- de la prueba del Veleta o con el comienzo de la minisubida. 


Gráfica de la ruta 

COMENTARIO AL ENTRENAMIENTO  


Desde que el año pasado frecuentara estos parajes para preparar la subida al Veleta, me planteé volver allí, al menos, en alguna ocasión en verano, que es la única estación en la que se puede entrenar allí sin sufrir problemas meteorológicos, y no todo el verano está asegurada la laxitud climatológica. 
Así que elegí el 15 de agosto cuando la mayoría busca a codazos hacerse con un metro cuadrado (el mio lo cedo gratuitamente) en alguna de las playas de nuestro extenso litoral. Y, como preveía, el ambiente allí era muy otro. Bastantes ciclistas, algunos andarines, pero ningún corredor. Ocurre que la mayoría de los corredores que entrenan por allí lo hacen con vistas la prueba de el Veleta, pero transcurrido ésta no suele ser una zona para hacer un entrenamiento ordinario, a no ser que se esté preparando alguna carrera en altura. Por tanto, la noche anterior me nutrí de hidratos y medí en Google Earth la distancia que iba a hacer, oscilando entre los 16 y los 17 kilómetros, entre Pradollano y la Hoya de la Mora -ida y vuelta-. No calculé nada mal porque el Forer marcó finalmente algo menos de 16.500 metros, de los cuales hay algo más de cuatro con tramos que te ponen en serias dificultades, mucho mayores si el viento hace de las suyas y hoy ha hecho de las suyas, precisamente, en la zona más complicada, que es la conocida como de "las sabinillas", en las inmediaciones del centro operativo y el albergue militar "General Oñate". En ese lugar, está muy mal protegido por tu frontal derecho y si el viento viene de esa zona y lo tienes de cara cuesta mucho andar y no digamos correr. Por tanto, en dos ocasiones, entre el viento y la cuesta, hube de echar el pie a tierra y andar en torno a los 500 a 700 metros. No sé sinceramente qué hubiera sucedido sin viento, pero recuerdo que el año pasado no tuve necesidad de andar por allí cuando entrenaba sin viento alguno, aunque sí cuando competía por los problemas musculares en los abductores, desde el centro de visitantes de El Dornajo. 
El entrenamiento que he llevado a cabo en soledad el domingo, 15 de agosto, es bastante realizable, a pesar de que tiene momentos de mucha dureza, con rampas que en ocasiones superan el 15%. Pero es realizable también, porque a nivel logístico no necesita una preparación especial, como sí ocurre en otros entrenamientos de subida. No es necesario que nadie te recoja en coche, como sí es necesario que lo haga cuando subes las rampas de El Dornajo, ya que la bajada es bastante traumática para las piernas. En esta ocasión, la bajada se hace bien porque no existen muchas bajadas demasiado pronunciadas. Tampoco es necesaria una hidratación especial porque se pueden utilizar los medios que ofrece la zona. Para ese fin, decidí no llevar ninguna cinta de agua e hidratarme cuando llegara a la Hoya de la Mora, lugar en el que puedes comprar agua o bebida isotónica. Por tanto, mejor llevar unos cuantos euros que unas botellas de agua. Además, durante el trayecto no es necesaria hidratación ya que se corre a temperaturas por debajo de 20 grados, incluso, por debajo de 15, en algún momento, pero sí embadurnarse de protector solar porque, a pesar, de que el ambiente tinte a nublado, el sol a esas alturas es muy nocivo.  Así que si corres a un ritmo llevadero -yo lo hice a 5'30'' el mil, en total-, en poco menos de 1 y 25 minutos has completado el recorrido más el tiempo que necesites para hidratarte y -aconsejable- a deleitarte con las vistas. 
Por tanto, animaos a hacer esta ruta si habitáis por la zona porque no es aconsejable esperar mucho más, ya que las condiciones climatológicas en esta zona pronto no serán las adecuadas. 
Las fotos anteriores se deben a Google Earth, por lo que a continuación cuelgo cuatro hechas personalmente durante este entrenamiento: 







              








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