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12 septiembre 2012

¿ESTAMOS RESCATADOS?


Me lo pregunto, porque estoy escribiendo esta entrada el día 6 de septiembre y está programada para el día 12. Por tanto, son seis días cruciales para saber si el Presidente del Gobierno -que como buen gallego nunca sabes si sube o baja si te lo encuentras en el rellano de una escalera- ya ha tomado la decisión. Porque se trata de una decisión crucial, ya que de tomarla, él mismo perderá muchas de sus funciones y su gobierno será dirigido desde la fría Europa. Algo similar a lo que ocurre cuando compramos un piso o un coche y que no llegan a ser nuestros mientras debamos letras al banco. Es más, hay que seguir las reglas que nos fije el banco si queremos conservar estas posesiones. La primera, lógicamente, cumplir con los pagos puntuales; la segunda, no endeudarnos más. 
Y si España decide, finalmente, pedir el rescate, tendrá que cumplir con esos pagos puntuales y seguir al pie de la letra las reformas que nos indique Europa. Por tanto, entramos en una nueva etapa. Quizá muy oscura. 
Poco sabemos de lo que ocurrirá, porque será algo inédito para España, pero sí sabemos cómo les está yendo a portugueses y griegos. Dicho escatológicamente: como el culo. Ninguno de los dos países levanta cabeza, a pesar de que ya han bajado retribuciones y suprimido extras a los empleados públicos, congelado o bajado pensiones, recortado en educación y sanidad, subido impuestos y miles de cosas más. Pero, claro, con todas esas premisas no crecen y su pobreza cada vez es mayor. 
En el caso de España la situación puede ser aún mucho más dramática. En primer lugar, porque somos un país con una economía más poderosa y, por tanto, el efecto de la caída puede ser peor. En segundo lugar, porque tenemos más desempleo proporcional que estos países. En tercer lugar, porque nuestro sistema productivo cada día ser parece más a un país africano que a uno europeo. En cuarto, porque nuestro sistema de Cajas de Ahorro es un verdadero desastre y ha sido un latrocinio. Y con todas esas premisas, sí además, nos imponen más recortes y más subidas de impuestos, la suerte está más que echada. 
Últimamente me pregunto que si estos tipos (y tipas) saben lo que se hacen, a pesar de su autosuficiencia cuando estaban en la oposición.
      

03 septiembre 2012

UNA SENCILLA FÓRMULA: - RETRIBUCIONES= A - CONSUMO

Hay que decir que las previsiones de déficit les están saliendo al Estado como el culo. Otra genialidad de Luís de Guindos, el del ático de lujo de Madrid  Lógico que así sea. Servidor apenas tiene conocimientos de economía -una aislada asignatura de conceptos básicos en la licenciatura de Derecho y algún libro básico-, pero está claro que si el consumo está por los suelos dado el alto desempleo existente y la rebaja o congelación de la mayoría de las retribuciones, así como la subida de impuestos directos e indirectos, el producto interior bruto sin más remedio se tiene que reducir. Es decir, no hay potencial económico y apenas se produce al no haber un consumo alegre. Para colmo, estos microestados que hemos creado -sin parangón en ningún país del mundo- se han endeudado hasta las cejas y ahora acuden el papá Estado -incluso la independentista Cataluña- a pedir del dinero del Fondo de Líquidez  Autonómica; para colmo, los mercados sólo nos compran deuda si les damos magros intereses y como trasfondo de este desolador panorama, la casta política no se baja del burro y sigue manteniendo un sector público sobredimensionado ¿Cómo vamos a crecer? 
Sin embargo, estos datos del déficit en el 9%, un punto por encima del máximo previsto, se extraen sin tener en cuenta aún la reciente subida del IVA y el nuevo retroceso en el consumo que ésta provocará. Luego, a final de año será peor.
Un renglón aparte merece la supresión de la paga extra de todas las personas que trabajen para el sector público (unos tres millones), con independencia de su adscripción jurídica. Hagamos unas sencillas cuentas. 
Previamente, partamos de la base que la paga extra de Navidad es una paga que, por lo general, tiene un marcado carácter consumista. En otras palabras, es un dinero que la mayoría de las personas destinan a esos gastos extraordinarios que nos provoca la Navidad, el seguro del coche, algún impuesto, los Reyes de los niños y de los mayores, la comida fraternal -que en muchas casos, tanto para empresas como para familias y amigos, es más una declaración de guerra que una comida-..... Luego, si hacemos unas sencillas cuentas  y considerando que suele ser de unos 1.000 a 1.100 € de media- llegaremos a la conclusión que la no disposición de ese dinero -que yo calculo, aproximádamente entre 350 y 400 millones de euros-, provocará un serio colapso en el consumo, en perspectiva macroeconómica, y muchos actores productivos que gracias a esa paga hacen su diciembre, se verán avocados a una reducción drástica de sus ventas e ingresos, que les obligará a echar el candado de su establecimiento o despedir personal. 
Ocurre que esos 350 a 400 millones -que es posible que sea una cantidad calculada a la baja- se utilizan, como digo, para consumir no para guardarlo en el banco. Es decir, esa paga, por lo general, se evapora antes de que llegue el 15 de enero del siguiente año, y no disponiendo de ella, el ciudadano que trabaja en sector público tendrá que abstenerse del consumo que otros años sí ha podido hacer. 
Si en un sentido hipotético, las Administraciones Públicas -que se van ahorrar una pasta no pagando esa paga extra- destinaran el dinero a cuestiones sólidas, tendentes a buscar medidas para salir de la crisis y crear empleo, podría estar hasta justificado, pero mucho me temo que ese dinero que se ahorrarán servirá en la mayoría de los casos para lo mismo de siempre, es decir, el mantenimiento de los privilegios de su casta política (un dato: incluyo a la monarquía en ésta). Al tiempo.            

26 agosto 2012

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DE LA POLÍTICA

Se me ha ocurrido dar como título a esta entrada un parafraseo de aquella excelente novela del escritor checo, Milan Kundera, con la idea de hacer ver hasta qué punto la política se está convirtiendo en algo insoportable -mucho más que nunca- y leve en su argumentario. 
Y, pensaba en ello, cuando el otro día fue miembro de una tertulia improvisada a pie de calle en mi pueblo, tras completar la ruta de 19 kilómetros a la que me refería en la anterior entrada. En esa tertulia participaban dos destacados miembros de la política local y viejos conocidos, con adscripciones políticas totalmente dispares. Pero lo curioso, es que había un total acuerdo en el argumentario de cada uno de nosotros en todos los temas que íbamos repasando (inmigración, prebendas políticas, crisis, desempleo, monarquía...), a pesar de haber representado en el pasado a opciones políticas totalmente opuestas en el Ayuntamiento de la localidad. Además, todos expusimos nuestra defraudación política actual y lo poco que ya nos interesaba lo que en otro tiempo formaba parte de nuestra existencia. 
Ocurre que la política, o los temas políticos, a estas alturas de nuestra mal llamada democracia ya se ha alejado definitivamente del pueblo -si es que alguna vez ha estado cerca-  y pertenece cada vez más a los intereses de los grandes partidos, que comulgan con una ideología cada vez más al servicio de intereses económicos y mediáticos. Y eso hace que los asuntos políticos cada vez sean más leves e insignificantes al haber perdido ya los partidos su verdadera esencia ideológica.  
Que los miembros de esa improvisada tertulia coincidieran en asuntos básicos no es más que un síntoma del enorme e irreversible divorcio que hay entre el pueblo y los políticos profesionales que, conscientes de su misión, no disimulan ante el cambio de rumbo que imprimen cada día a sus principios básicos que llegaron a prometer, incluso, en campañas electorales y programas recientes. 
De lo contrario, muy mal se puede comprender la deriva del PP -por ejemplo-, en asuntos relacionados con el terrorismo, salvaje subida de impuestos -incluso los directos-, la reducción de las retribuciones de los empleados públicos, aspectos éstos en los que han desarrollado, no ha mucho tiempo atrás, unas políticas completamente contrarias a las actuales (meses antes, el propio PSOE introdujo políticas más propias de la derecha, ajenas a su teórico credo político), traicionando de esta forma a sus votantes. Esa forma de actuar de los políticos en la alta política actual supone una nueva etapa hasta ahora desconocida, que consiste en olvidarse de todo credo político, olvidarse de votantes, simpatizantes e, incluso, afiliados si la ocasión lo requiere. No se trata de lo que conocíamos hasta ahora, es decir, incumplir promesas o programas, que es algo a lo que los ciudadanos ya estábamos acostumbrados. Se trata de un nuevo pragmatismo ajeno a ideologías y que pende de otros criterios inquietantes y hasta ahora desconocidos. 
Esos nuevos criterios pueden responder a diversas causas que, lógicamente, no nos van a explicar a los ciudadanos, pero posiblemente tengan mucho que vez con el obligatorio rescate de España a principios de otoño, del que la propia clase política y sus privilegios puede salir esquilmada. 


Es algo muy complejo -y que sólo intuyo- pero habrá muchas sorpresas en los próximos meses, ya que la capa de poder de los políticos españoles se verá superada por la de los de la Unión Europea -esos inquietantes 'hombres de negro'-. Habrá que estar atentos en los próximos meses.     

23 agosto 2012

OTRO PARTIDO DEL SIGLO

 
Y seguimos de interrogantes: ¿Conseguirá el nuevo partido del siglo evadir de preocupaciones, futuros inciertos y otras incertidumbres? 
Últimamente observo el fútbol como una  prolongación del sistema, como venía a decir en un reciente artículo en el periodico IDEAL. No ha mucho que el circo y el 'pane' era restregado de manera casi subliminal, pero últimamente ese circo y ese 'pane' es el verdadero móvil que utilizan los gobiernos y los mercados para construir a un ciudadano cada vez menos informado y más consumista, a pesar de que la larvada crisis hace que el consumo -incluso el fútbol, enlatado o en directo- esté por los suelos, sino en capas subterráneas. Ya nadie se corta en esconderlo.
Pero todo parece indicar que el nuevo partido del siglo, previsto para esta noche, en un inusual día y en una inusual hora, parezca mucho más secundario que en otras ocasiones, a pesar de que los hoteleros de  todos los litorales hispánicos habidos y por haber ya han preparado sus terrazas, las han regado convenientemente, han conectado un plasma gigante y las han dotado de todo lo necesario para que el personal agote sus últimos días de asueto ante una buena jarra de cerveza y el tabaco que sea capaz de consumir en las dos horas que dura el partido. Por tanto, el parroquiano observará su cerveza y su cigarrillo e intentará no pensar en las  semanas siguientes, en las que no sólo no contará con el dinero que gastó en las vacaciones, sino que tendrá que hacer lo imposible para buscar nueva plata para los más elevados gastos del regreso de su prole al colegio, la subida del IVA, de la luz, del gas y, probablemente, tendrá que afrontar de nuevo un drástico recorte en sus retribuciones -o un nuevo copago farmaceútico-, si se trata de un empleado público, y hasta es posible que un traidor despido, si se trata de un trabajador del sector privado. 
Mientras tanto, esos héroes del balón, de su Madrid, de su Barça, seguirán haciendo caja y aumentando sus cuentas millonarias, explotando sus innato talento. Pero, en fin, es así como funcionan las cosas. Al menos en este país. Y es así como parece que queremos que funcionen.          

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...