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02 junio 2021

UNA SOCIEDAD CADA VEZ MÁS HEDONISTA

 Cuando el virus se cebaba con todo el planeta o eso nos dijeron, llegué a considerar en serio que la humanidad iba a dar un importante vuelco hacia la sensatez, pero me asomo a mi terraza y veo la del bar de enfrente y concluyo que no, que nada ha servido para que el humano hiciera autocrítica. Veo a hordas de gente vociferante ansiosos de consumir, pugnando por encontrar una mesa y sentarse en mitad de la vulgar acera intentando imaginar paraísos que solo tiene en su imaginación. No hay más.


sería injusto si considerara que lo que veo desde mi terraza es el resumen del comportamiento de la humanidad. No en absoluto, porque de ser así estaríamos más que perdidos, aunque es un ejemplo bastante representativo, que se extiende a lo largo y ancho de cualquier punto geográfico, confirmándose que el hedonismo mal entendido ha cogido las riendas de la existencia de muchas personas. Por el contrario, hay gente muy decente que ha sabido tomar nota de la situación del planeta; que ha comprendido que el planeta, como órgano vivo necesita lo que le dimos en los primeros meses del confinamiento. La mala noticia es que esa clase de gente es poca en comparación con la que ha decidido hacer de este mundo una especie de uso tangible, sin importarles el medio ambiente, los animales o, sencillamente, el respeto a los demás.

Los vociferantes de la terraza de enfrente se complementan con los gritos de sus hijos a los cuales les han colocado unos parques infantiles la mar de cómodos junto a la terraza del bar. Y aquí habría que considerar también la ineficacia municipal, el no saber considerar que existen otras personas ajenas con derecho, sencillamente, al descanso o, simplemente, a no estar contaminado de ruído. Ayuntamientos que facilitan el caos.

Y es que la sociedad está a una letra de denominarse suciedad. Una suciedad que creamos los humanos por pensar que somos lo únicos dueños de la creación. Pero para crear hay que tener valores y reflexionar. No es posible ser responsable de nada sin valores y sin reflexión. Ese es uno de nuestros principales déficits. 

Creer que el ser humano, por serlo ya es garante del orden y la preservación del planeta es el principal error (inducido, en mi opinión) que históricamente ha cometido la humanidad. Tras la pandemia o aún saliendo de ella, yo ya tengo claro que la humanidad ha dado un paso atrás, se ha vuelto aún más egoísta e inconsistente, ha interpretado que es posible que el futuro no exista y ha decidido arrojar a la alcantarilla lo poco que vislumbra de él. Lo creo firmemente por lo que observo a mi alrededor. Cada vez interesa menos la reflexión, la lectura, el arte, el silencio o sencillamente una vida consecuente con lo que nos rodea, principalmente, el medio ambiente y los animales. Sí, lo creo firmemente porque lo veo cada día. Pocas personas escapan a ese aciago futuro.



05 agosto 2020

DIARIO DEL ESTADO DE ALARMA: UNA NUEVA PUBLICACIÓN EN BREVE

Verificador de síntomas COVID-19


Amigos, ayer, cuatro de agosto, acababa mi primera revisión de mi Diario de Alarma, que cuenta con un nuevo título como anunciaré en breve. Y justo hoy comienzo la revisión definitiva (que nunca lo es del todo). 

Inserto el primer día del diario, que es una especie de prefacio, horas previas a la entrada en vigor del Estado de Alarma oficial, que se alargó durante noventa y ocho días, sin contar este sábado, 14 de marzo previo, toda vez que entró en vigor en la medianoche del 15 de marzo. Por tanto, son 99 nueve diarios escritos hasta el 21 de junio, último día oficial de la última prórroga.



Sábado, 14 de marzo, cayendo la noche. Horas previas del Estado de Alarma

 

 

El gobierno de España ha declarado el Estado de Alarma. Es el de perfil más bajo de los tres regulados en el artículo 116 de la Constitución española de 1978, junto a los de Excepción y Sitio, este último más propio de situaciones bélicas. Estos dos últimos (sobre todo el de Sitio) son muy estrictos y solo se pasaría a Excepción si tras la prórroga del de Alarma, este, fuera insuficiente. La prórroga del Estado de Alarma exige autorización del Congreso de los Diputados, mientas que el inicial nace del gobierno, que lo publica bajo la forma jurídica de Real Decreto y tan solo es necesario comunicarlo al Congreso. Estos tres estados se han regulado por medio de Ley Orgánica, una norma que exige ser aprobada por mayoría absoluta en las Cortes Generales. En la España democrática es la segunda vez que se declara. La primera se debió a la huelga de los controladores aéreos y duró muy pocos días, además de ser muy polémico. Este no ha sido polémico y se agotará con toda seguridad, hasta es posible que pueda ser prorrogado. Todo dependerá de la evolución del COVID-19 o la entrada en el mercado del fármaco que lo combata.

Dicho esto, es impresionante la respuesta positiva del país, sobre todo la del comercio, establecimientos y locales a los que en el Real Decreto se les obliga a permanecer cerrados por no pertenecer al grupo de prioritarios. Esto es fundamental para que nadie tenga la tentación de acudir a ellos, sobre todo en lugares turísticos, que en España son muy abundantes (madrileños y demás población con segunda residencia, tomad nota y dejad de miraros vuestro propio ombligo). El aplauso de homenaje al personal sanitario desde terrazas y balcones, el sábado, 15 de marzo a las 22 horas, horas antes de que se hiciera efectivo oficialmente el Estado de Alarma, fue algo singular. Ayudará a elevar las buenas vibraciones.

     En el momento en el que escribo esto ya es casi medianoche y el silencio es hiriente.

 

28 julio 2020

¿ESTÁ ALGUIEN GIRANDO LA RUEDA DEL MUNDO A SU ANTOJO?

Teorías de la conspiración asociadas a la pandemia - Periodismo de ...

Ayer hube de acudir a una zona cercana al centro de la ciudad durante un par de horas y tuve sensaciones contradictorias. No visitaba esas calles desde bastante antes del comienzo de la epidemia que aún nos atrapa. 
Por una parte agradecí volver porque afloraron buenos recuerdos vividos en diferentes épocas y por motivos diferentes, pero al mismo tiempo sufrí desazón al comprobar cómo había cambiado todo. No se trataba solo del panorama aún apocalíptico –al que no llego a acostumbrarme– que muestran las mascarillas de toda la gente con la que me crucé –bastante, a pesar de ser julio–, sino por el aluvión de persianas de locales echadas, no por mor de las vacaciones, sino acompañadas del siempre dantesco cartel de se alquila, se vende, se traspasa. Pensaba que eso solo ocurría en una zona mucho más comercial, en una zona del centro más neurálgico de la ciudad, pero no, parece habitual en toda la ciudad, de hecho, parece habitual en todas las ciudades de España, según nos informan.
No sabemos exactamente cuáles serán los resultados económicos de esta pandemia y su consecuente Estado de Alarma, pero a tenor de lo visto, el sector del pequeño comercio los hace evidentes. Es probable que este pequeño comercio ya acusara la crisis que arrastra este país desde que pinchó la burbuja del ladrillo, artificiosamente inflada, y que esto no haya sido más que la puntilla para que se fuera al traste, pero el caso es que, efectivamente, se ha ido al traste. Los locales que parecen haber aguantado más han sido los bares o, tal vez, eran los más numerosos, pero también vi muchos con ese fatídico cartel. 
Es probable que la cosa no pinte tan mal como parece y que lo que haya pasado es que la mayoría del consumo haya derivado hacía el comercio on-line (excepto para el caso de los bares, porque aún no se ha inventado acudir a un bar on-line), al que fuimos obligados los consumidores en parte por mor del confinamiento y al que ya nos hemos acostumbrado y que por eso hemos dado la espalda al comercio físico. Es una posibilidad, pero no creo que pueda ser completamente la única ni mucho menos constatable. Sin embargo, fuere lo que fuere, el panorama que ofrece el pequeño comercio es altamente desolador. 
No obstante, aún estamos en un periodo de letargo debido al verano y las consecuentes vacaciones de la mayoría. La realidad, sobre todo la económica, se conocerá en el próximo otoño, que es cuando se darán los datos reales de despidos reales, de ERTES transformados en ERES, de engrosamiento de las listas del paro de la población activa real, amenazando como lo está el recrudecimiento de los brotes de casos de COVID-19 en casi todos los rincones de España, y por lo tanto, la amenaza cierta y real de una nueva situación, quizá no de confinamiento similar al de los meses de marzo y abril sino a un proceso similar al mes de mayo y junio. Todo es posible mientras no exista un antídoto real contra el virus, que parece podría llegar a finales de año.
O eso o es que alguien anónimo y con mucho poder está girando la rueda del mundo a su antojo. Sí es así, ya no se tratará tan solo de un virus que no extraordinariamente mortal sino más bien que éste ha sido la excusa para seguir girándola. Daría igual que fuera este virus ahora u otro en el futuro porque casi siempre la causa no siempre tiene mucho que ver con los motivos. Como también podría darse un colapso informático provocado y los efectos podrían ser aún más devastadores. Virus hay millones y las posibilidades de boicotear el mecanismo informático hiperconectado es tan viable como provocar un colapso en una autovía en plena operación salida o regreso de vacaciones. Lo importante es saber si ese o esos que mueven la rueda del mundo a su antojo pueden ser controlados o detenidos por los poderes constituyentes o si son estos mismos cómplices o, incluso, responsables de estos giros. 
No lo sabemos y mucho me temo que no lo vamos a saber jamás. 

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...