16 noviembre 2015

CINE: PIXELS (USA, 2015)


La peli Pixels, está muy cerca de ser una frikada, pero finalmente no se atreve a serlo. Para ello, hay que viajar con más bagaje y cosas que impresionen al espectador. Ahora bien, hablamos de una película que seguramente no pretende formar parte de ese selectivo grupo de películas, por lo general mal valoradas por la crítica, aunque muy divertidas. Aunque va de frikis. 

Y es que Pixels intenta recrear, homenajear y parodiar esas excelentes películas ochenteras con trasfondo extraterreste. De hecho, los primeros fotogramas ya nos recuerdan a los chavales que llevan 'en volandas', nunca mejor dicho, a ese bicho inteligente, feo y adorable que además de saber decir 'mi casa' tiene poderes extraordinarios. Pero, además, también se homenajea a esos meritorios juegos comecocos que había en todas las salas de juegos de los años 80 que se preciaran. Juegos que comparados con los actuales sería como equiparar una gallina a una jirafa, pero que eran deliciosos, ingeniosos, tremendamente entretenidos y con las dosis muy justas o carentes de violencia, todo lo más un bicho pixelado que intenta comerse todos los cocos que van apareciendo por la pantalla o un gorila cabreado lanzando toneles. Eso era delicioso, pero ahora ningún chaval que ya haya probado la play -o sea ninguno- daría un euro por ellos. Una pena la deriva que lleva la sociedad. 
Pero todo eso se magnifica en la película y de qué forma. Y como trasfondo esos niños jugadores campeones mundiales que ya crecidos tienen que jugar su última y definitiva partida. 
No soy muy de Adam Sandler o Kevin James, pero les va el papel que les ofrecen. De lejos hubiera preferido a un Zach Galifianakis (trilogía Resacón) o a un Jonah Hill (dedicado últimamente a pelis serias -Una historia real-), pero hay que admitir que son ideales en sus papeles. Gratamente sorprendido por la aparición de Peter Dinklage (el nomo de Juego de Tronos), excelente actor, pero que, no sé, se veía que no entraba (¡vaya paradoja!) en el papel friki que le asignan. Está hecho para papeles de más importancia, no me cabe duda. 
Por lo demás, todo divertido, si bien, hay que significar dos partes diferenciadas. Una primera con un buen desarrollo de la trama; y una final algo vulgar, como si ya lo hubiéramos visto en cientos de películas. No obstante hay que alabar los magníficos efectos especiales, el estupendo sonido y los muchas situaciones desternillantes. En mi opinión, debía haber sido mejor puntuada a como lo ha sido en páginas especializadas de cine, caso de la fenomenal Filmaffinity, pero es cuestión de gustos, claro está.  Si la ves, pasarás un buen rato.  

14 noviembre 2015

ES HORA DE QUE EUROPA Y OCCIDENTE DESPIERTEN

Tras los atentados de París en la noche del 13-N, el autodenominado estado islámico reivindica no ya estos atentados sino una supuesta declaración de guerra. En términos de Derecho Internacional si un estado le declara la guerra a otro, podríamos estar refiriéndonos al inicio de una guerra a gran escala; y sería ahora el momento de preguntarse qué es el denominado -o autodenominado- Estado Islámico (lo pongo con mayúsculas, aunque no debiera por lo que ahora explicaré). De acuerdo con la teoría política y del estado, un estado para considerarse como tal debe de contar con tres ingredientes: territorio, población y organización. Por tanto, no es posible hablar aquí de un estado propiamente dicho, como lo es, por ejemplo, Francia. En todo caso, se podría estar hablando de un propósito de futuro. Y si ese propósito futuro se cumpliera, estaríamos refiriéndonos a un estado terrorista. Por tanto, aquí de lo que se trata no es de otra cosa que de terrorismo en estado puro perpetrado por individuos radicales que, obviamente, cuenta con apoyos importantes.
No sé -porque no soy un experto en el tema- si el desencadenaNte de todo esto fue la invasión de Irak, pero lo que si está claro es que desde ese momento ha habido atentados en Nueva York, España, Londres y, ahora París. Y no serán los últimos, en mi opinión. Estados Unidos, con el apoyo logístico de Gran Bretaña y un puñado de países menores más y el ridículo apoyo moral del monigote que en ese momento nos gobernaba, la cagó de manera estrepitosa eliminado a un dictadorzuelo que tenía una única virtud: controlar el radicalismo islámico. No lo hacía por complacer a Occidente, nada de eso, sino por seguir siendo el hombre fuerte del Partido Baaz Árabe Socialista, que era el partido único que gobernaba Irak. Sadam Husein, de esa manera controlaba el empuje islámico, igual que lo hacían otros, como es el caso de Mubarak en Egipto. Desaparecidos éstos, todo ese control ya parece inexistente.
Sin embargo, en un asunto tan complejo, ese no fue el único desencadenante importante. Lo es también el enorme error que están cometiendo los países occidentales; y ese error no es otro que la pusilanimidad con que se están afrontando por parte de los países europeos y el resto de los occidentales todo este asunto. Muchas voces expertas llevan tiempo advirtiendo que la política de apertura de puertas de manera tan espléndida al Islam es suicida. Y los hechos lo demuestran, porque las grandes masacres perpetradas en países occidentales desde el año 2001 hasta nuestros días las llevan a cabo fanáticos musulmanes asentados en nuestros países que, además, entran y salen de nuestros países como les sale de sus gónadas, sin control alguno. Gente que crece al amparo de nuestro sistema, pero que al mismo tiempo odian a muerte al sistema en sí. ¿Guerras de religión? No lo creo. Éstas ya tuvieron su momento. De lo que se trata ahora es de otra cosa, que deberán analizar los expertos.
Ocurre que en nuestros países lo políticamente correcto impide ver las cosas con objetividad. Pero yo me mojaré sin problema alguno: discrepo rotundamente de las políticas de puertas abiertas llevadas a cabo por los países europeos en cuanto a la recepción de población musulmana. Básicamente por un aspecto que, desde nuestras democracias no vemos pero que los musulmanes en su inmensa mayoría si advierten: la exclusión y la eliminación. Los países demócratas, alejados de tabús religiosos y fomentados en la igualdad, no entienden que nadie deba ser excluido por cuestiones de religión, sexo, opinión o ideología. En esos valores se fomenta la democracia. Sin embargo, una gran mayoría de población musulmana que vive entre nosotros en Europa no lo ve así. Consideran como válido seguir viviendo en y de nuestro sistema -principalmente por los activos económicos y sociales- pero al mismo tiempo no desean desprenderse de sus creencias, las cuales son totalmente contrarias a las que inspiran nuestras democracias. Ese es el verdadero problema. No ignoro que cada vez son más los musulmanes que valoran vivir en democracia y se alejan de sus creencias medievales, pero me temo que la mayoría no ha dado, y lo que es peor, no va a dar ese paso jamás. Y de ahí a la radicalización sólo hay un paso.
Europa, principalmente, debe de abrir los ojos a lo que se avecina. Se están dando muchas facilidades al terror. Porque de no existir estas políticas tan expansivas sería muy difícil que nadie de fuera -que no sea un estado organizado- pueda entrar en la cocina de nuestras propias casas y cargarse a quien les de la gana con subfusil o bombas en manos, mientras gritan eso de que: Alá es grande... Porque, cómo le explicas a las familias de las víctimas de Nueva York, Londres, Madrid o París que lo que están pretendiendo los países europeos es utilizar el Estado de Derecho y la democracia mientras que salvajes fanáticos y medievales que viven entre nosotros aprovechándose de nuestro sistema social y democrático, nos matan como a cucarachas y, lo que es aún peor, nos meten el miedo en el cuerpo hasta el punto que supone un riesgo sentarse a tomar una cerveza en una terraza de cualquier país europeo o asistir a un concierto en una sala de fiestas.
A ver si despiertan de una puta vez los líderes europeos y occidentales y comprenden lo que ya se nos ha venido encima.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...