25 septiembre 2012

YA NO VOLVEREMOS A SER RICOS (IDEAL 25/9/2012)

Seguramente, ya no volveremos a ser ricos. Principalmente porque debemos más de lo que ingresamos y así no hay forma. Y porque producimos poco. Para colmo, nuestra clase política es una calamidad y se han empeñado en que mantengamos un país y unas instituciones costosas e innecesasrias. 
Pues nada, os dejo con algunas reflexiones sobre la crisis, pero vistas desde otra óptica. Artículo publicado en la edición escrita de Ideal esta mañana y que os adjunto, por si no habéis tenido ocasión de leerlo en papel o, sencillamente, para quienes por motivos geográficos no tengáis acceso a este periódico.


YA NO VOLVEREMOS A SER RICOS

Mantener aquí que la crisis era necesaria, sería como una especie de suicidio por lapidación tal y como están los ánimos por mor de la economía y la cada vez más dramática secuela de víctimas que está dejando. Pero está claro que esta crisis -todas las crisis- conlleva también un elemento purificador que habría que aprovechar si no fuera porque los cada vez más árboles forrados de números rojos no nos dejan ver el bosque del desastre financiero al que estamos enfrentándonos. Por eso y porque hay excesiva gente inocente sufriéndola.
Ese elemento purificador tiene mucho que ver con las personas y con nuestra forma de vida, a pesar de que nos estén acostumbrando a considerar la crisis como una negación de la existencia y del futuro de la humanidad misma. Volver de nuevo a las cavernas -que no es el caso, supongo- tiene sus ventajas porque es probable que esa acción nos haga más libres y menos súbditos de los poderes que nos regulan y nos guían. De hecho, un excesivo desarrollo vacuo, que era al que se estaba llevando a cabo, no era más que una excusa para que el gran capital, ese que no tiene nombre ni cara, nos hiciera cada vez más dependientes de él por la vía del consumo o con insistentes mensajes creadores de más necesidades inútiles de servicios y artefactos materiales, que en la mayoría de las ocasiones no nos hacían falta y acababan al poco en el lugar más oscuro y recóndito de un triste trastero. Además, el permanente aumento de nuevos ricos ya nos estaba asfixiando y hasta costaba salir a la calle.
La economía de la abundancia, vivida en los años anteriores a esta crisis, era como una especie de canto de sirena ante el que no podíamos abstraernos por mucho que un figurado Odiseo nos implorara que nos tapáramos los oídos, acción esta poco útil porque ese delicioso elixir de sonido acababa penetrando por nuestro pabellón auditivo. Nadie, ni el rico ni el pobre, podía abstraerse de esa necesidad compulsiva de comprar, de consumir. Además, todo era favorecido por los grandes poderes políticos y financieros. 'Compre y page a plazos', 'hipotéquese', eran dos de los mensajes más efectivos, que si venían avalados por esos poderes, razón no había para cumplirlos como autómatas destinados a cumplir un fin programado. Lógicamente, en toda esa vorágine consumista habíamos desarrollado decadencia social y humana pero no nos dábamos cuenta y ahora estamos hechos unos zorros. Precisamente por existir una vinculación tan interdependiente entre lo material y lo humano.
Sin embargo, no es nada fácil habituarse a esa oportunidad de purificación de la que hablaba arriba, porque en nuestros países ricos no hemos sabido subsistir de otra manera que no fuera por medio del mecanismo económico. En España olvidamos demasiado pronto nuestros orígenes y nuestros escasos recursos económicos de siempre y abandonamos en seguida ese hábito de vivir con esos escasos recursos endémicos, a pesar de que siempre estuvimos bien conectados con la vida digna que confiere las arcas vacías.
A partir de ahora, probablemente, ya no volveremos a ser ricos y seremos cada vez menos dueños de nuestras cuentas, pero ya se sabe que cuando se ha saboreado la miel, ese dulce elixir cuesta olvidarlo.


2 comentarios:

  1. Buenas tardes Jose Antonio, yo creo que hemos vivido la mayoría de los españoles ficticios, que para mí la gran ruina que nos ha llevado a la mayoría de los españoles ha sido la vivienda que antes practicamente se vendía todo y ahora se borra el cartel de esa vivienda, ya que los bancos han dado préstamos millonarios que luego no íbamos a ser frente a dichos préstamos y parecía que cuendo se hablaba de que uno compraba una vivienda a 40 millones y que a los dos meses ya le daban 50, y ha sido una de las cosas que nos han llevado a la ruina, ya que para mi la vivienda debería haber estado regulada en unos precios, ya que muchas inmobiliarias y particulares se han puesto las botas con la vivienda, un saludo de R. BOOTELLO, nos vemos en Almuñecar

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  2. Sí, la vivienda es lo que nos hizo sentirnos como nuevos ricos. Pero resultó ser ficticio.
    Rafa, nos vemos en la Costa Tropical.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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