01 agosto 2012

CINE: GRUPO 7 (ESP, 2012)


Me arrepiento de no haber visto esta película mucho antes. Es realmente soberbia. Cruda y real como la vida misma, que era la máxima aspiración de su director, el sevillano Alberto Rodriguez, que me convención hace unos años con '7 vírgenes' (¿por qué está el 7 tan presente en las películas?)  
Cuando acabas de ver Grupo 7 te sonrojas si alguna vez has pensado que todas las películas españolas son 'españoladas'. Desde luego, desde hace mucho tiempo, yo no pienso así, y eso es mérito de memorables películas como ésta o 'Celda 211' y 'No habrá paz para los malvados', por citar sólo algunas de las últimas. Pero hay muchas más que nada tienen que envidiar al buen cine de Hollywood, porque al malo -que es la mayoría- le ganan por goleada. 
Pero que Grupo 7 sea una excelente película no es sólo 'culpa' de su director y su guionista, Javier Cobos, es también 'culpa' de ese soberbio actor que es malagueño Antonio de la Torre, un animal de la cámara que con un poco de suerte debería de estar en lo más alto del cine mundial. Seguramente, de mucho le habrá servido ser periodista de profesión, principalmente, por su olfato y genial adaptación a cada uno de los papeles que hace, ya sea de gordo, de payaso violento o de policía duro y corrupto. 
Había escuchado mucho hablar del insultantemente joven Mario Casas, pero jamás le había visto en una interpretación. Y hay que decir que este chico gallego tiene mucho talento, que exterioriza muy bien a través de un ágil dominio de su imagen ante la cámara. Escucharemos muchas cosas buenas de este joven actor. 
Grupo 7 tiene todos los ingredientes para penetrar en las pupilas del espectador. Una Sevilla preExpo, un mundo marginal de droga y un grupo de policías que no desean saber nada con las buenas formas, con capacidad para ser condecorados y denunciados de manera simultánea. Además, subyacen historias personales que no pueden considerarse de forma aislada porque tienen mucho que ver con las vidas privadas de sus dos máximos protagonistas y con su arriesgada profesión, aspectos ambos que no pueden tener comportamientos estancos en la vida del policía arriesgado y corrupto. 
Lástima que estemos en un momento tan malo para el cine y todo lo que sea arte, dados los recortes, la subida  del IVA venidera y demás, y digo, lástima, porque una película como ésta debería de ser obligatoria para todo aquel quiera entender el inframundo que en ocasiones nos rodea y que, por lo general, no vemos. 
La Expo de Sevilla fue el comienzo de muchas cosas nefastas para este país. Fue el inicio de un  vorágine de pelotazos y corrupción política aún sin investigar a fondo. Fueron los años de las vacas gordas en España y, probablemente, una de las causas de estos lodos en las que todos intentamos nadar para que no nos engullan. Y aunque la película no se centra en corrupción política, sí expone muy a las claras la imagen que se quería dar de una ciudad, como Sevilla, en la que confluían -y es posible que aún confluyan- muchas perversiones, siendo una de ellas la droga y el camelleo a baja escala (los ricos jamás se pinchan, decía la puta de la película), que para los políticos era más una cuestión estética que moral, ya que Sevilla en poco tiempo se iba a vestir de largo para todo el mundo y su centro de la ciudad dejaba mucho que desear. 
Una película que hay que ver, sin demora.        

3 comentarios:

  1. Amigo Jose Antonio, una vez mas coincido contigo, el cine español es muy bueno, has visto No habrá paz para los malvados? es muy buena.
    De la Torre también es corredor, por si no lo sabías y por cierto, la pelicula que citas está en pantalla o en dvd?? un abrazo

    Paco Montoro

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  2. Saludos amigo Paco. Un pedazo de actor tu paisano, no conocía que era corredor.. Yo creo que ya no está en cine. Yo la he visto en DVD. Si, No habrá paz.. me pareció una excelente película.Un abrazo.

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  3. Miguel Angel Artamendi8/8/12, 2:21

    Película Mala sin más. Casas muy flojito, el sonido deja mucho que desear puesto que además de tratar de chapurrear en andaluz, los polis como buenos polis y las fulanas como buenas fulanas hablan con desgana, así te pierdes los diálogos.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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