22 febrero 2011

YA COMIENZA TODO

Que existir a veces es una putada, nadie lo duda. Existir no es más que estar. Eso lo saben los políticos menesterosos.
Carlos Castaneda en su saga sobre el indio yaki del desierto de Sonora, D. Juan, escribía acerca de las múltiples enseñanzas que obtuvo de ese "vulgar" indio. Le decía en más de una ocasión -y él, refinado estudiante de Antropología de la Universidad de Los Ángeles, escribía en su cuaderno de notas-, que de nada vale esconderse si todo el mundo sabe dónde estás escondido. Es cierto.
Por tanto, si hemos de escondernos más vale que no digamos ni dónde ni cuándo. Distinta cosa será que nos encuentren que para eso siempre está el azar que para Auster mueve muchos hilos del mundo. Porque nada enfurece más al político que un ciudadano escondido pero alerta, vigilante. Es a lo que se refería D. Juan, probablemente.
Entre las muchas clases de hipocresía, las mejores colecciones siempre la tienen los políticos. Si te cruzas con alguno en alguna ocasión cuando por descuido baja de su coche oficial (Dios te libre) te mostrará toda la gama. Pero entre toda esa gama siempre será su predilecta la que afirma que cuenta con los ciudadanos pero en realidad los ignora o, incluso, los desprecia.
No sólo son los sátrapas musulmanes quienes desprecian a su pueblo (es decir, les irrita que existan o estén escondidos, pero vigilantes), también es despreciado el pueblo en las democracias occidentales, aunque hay distinta gama de desprecios en éstas.
Tráiganme a una sociedad dormida, desinteresada, inculta y mal informada y le diré qué tipo de gobernante le corresponde. Por ejemplo, pongamos el caso de Andalucía.
Andalucía, ancestralmente, ha sido culta como así lo atestiguan las grandes civilizaciones que han echado raíces en estas ajadas tierras, pero es una cultura más práctica que reflexiva. Hemos sido los andaluces permeables a todo lo nuevo y todo lo malo y en ese laboratorio social han sacado siempre ganancia los menesterosos y pícaros. Y, claro, en esos menesteres los políticos "andazules" siempre están prestos y dispuestos. Sin embargo, lo más extraño es que tanta picaresca dure tanto tiempo. Treinta años ha. Igual que Mubarak. Casi medio PRI. Tres cuartos de Gadafi.
Siempre hay unas cuantas docenas de ciudadanos optimistas que piensan que las cosas pueden cambiar; pero también habrá otras cuantas docenas que pensarán que lo que ocurre en Andalucía es un mal endémico. Como Italia tiene el suyo.

YA COMIENZA TODO

Un compañero de trabajo me dice a media mañana, indignado, que la Junta ya está operando con una Agencia -la de Obra Pública- y que esa agencia aún no tiene estatutos y que por eso un sindicato -Safja- ha denunciado. Que esa Agencia ya tiene su propia página web y que ha licitado un tramo de autovía en Granada por valor de doscientos millones de euros (licita tanto la construcción como la explotación, que es algo preocupante). Y es que en verdad toda esta gentuza va a morir matando.
Advierto algo: será un año -hasta marzo de 2012- de muchos sobresaltos. Por tanto, átense bien a sus sillas porque el espectáculo acaba de comenzar, que hasta ahora tan sólo han actuado los teloneros.
A ver. Seguramente veremos en breve los concursos-oposiciones de consolidación "sólo" para el personal contratado de las Agencias; o bien, para todo el mundo "para cumplir con el requisito de la publicidad", pero sólo tendrán los suficientes puntos (mérito) en la fase de concurso: ¿quiénes? Los contratados (0,30 por mes por trabajar en la Agencia X). La oposición -capacidad- será más o menos: dos más dos igual a cuatro, aunque si se contesta cinco tampoco pasará nada. Al tiempo.
Además, si pasan por las sedes del partido en el poder y observan detenidamente verán colas de personas. Seguramente esas personas reclamarán que lo dieron todo por el partido y, ahora, lógicamente, irán a pedir su puesto, su estabilidad. Compañeros, por favor. Al tiempo.
Enumeren, si tienen tiempo, todos los cargos públicos que ostenta el partido en el poder -desde concejalías hasta consejerías- y concluirán que con las plazas públicas convocadas en las Agencias habrá más que de sobra para dar cobertura. Lógicamente, habrá gente honesta que vuelva a su trabajo que, sencillamente, no entre en ese juego. E, incluso, habrá gente de estas nuevas Agencias que vayan a la calle porque no importan un rábano. Al tiempo.
¿Y qué decir de los cuantiosos contratos que se harán en esas ocho agencias? ¿Qué decir sobre la fiscalización del gasto? Ya digo, será un año emocionante, para no olvidar. Al tiempo.
Lo sé, este articulo es raro: parece comenzar de una forma muy distinta a como acaba (aunque si se lee detenidamente tiene su lógica interna), pero me pregunto y pregunto ¿Es que es más normal todo lo que está pasando en la Junta?

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