10 enero 2011

BUENO...COMENZAMOS




Comenzamos a dar cuerda a muchas cosas que se quedaron ahí, en algún lugar, allá por la segunda semana de diciembre.
Tiempos de recogimiento, de salidas, de entradas, de comidas, de luces y portales, de compras. Por ahí pasamos todos en menor o mayor grado.
Aunque cada vez me gusta menos interrumpir el orden natural de las cosas , en todo caso relajarlas, pero no romper ni con las obligaciones ni con los ocios.
Por ejemplo, no he interrumpido correr. Es más, son fechas propicias para hacerlo. Para acumular más kilómetros, para intentar amortiguar los nocivos efectos de las calorías vacías e inútiles que nos aportan las muchas comidas y los muchos dulces en estas fechas. Aunque correr en estas fechas también, en mi caso, tiene mucho sentido porque me gusta correr en invierno de forma particular. Me gusta el frío y la lluvia suave. Y textura dura que adquieren los campos en estas fechas; y el humo de las chimeneas de los cortijos aislados y solitarios que atravieso; y me gusta ver la neblina de las mañanas gélidas; y correr con malla larga y guantes técnicos.
Pero llegará la primavera y diré que me gusta correr entre los árboles en flor; y llegará el verano y diré que me gusta correr en las mañanas que anuncian días tórridos; y llegará el otoño y diré que me gusta pisar las hojas que caen de los escuálidos árboles. Es evidente: me gusta correr.

COMIENZA LA COMPETICIÓN

Con enero comienza también la competición. De forma perezosa van llegando las primeras pruebas del año para entrar pronto en los meses más poblados de pruebas y circuitos.
Por lo pronto, enero siempre se entrena con la siempre singular carrera de S.Antón de Jaén, que aconsejo hacer al menos una vez en la vida. Pero también comienzan las carreras largas como es el caso de la Media Maratón de Almería -preludio siempre de la Maratón de Sevilla- como siempre el último domingo del primer mes del año. En la que probablemente estaremos si no se tuercen las circunstancias.

LAS CIRCUNSTANCIAS

Las circunstancias hasta ahora están siendo muy propicias. Estoy corriendo con facilidad y con una aceptable forma para los meses en los que estamos. Por suerte, sigo notando que no me cuesta correr grandes distancias y que no acuso demasiado los ritmos más altos. Todo va sobre ruedas. Además, no existen los problemas tradicionales de carga en gemelos y sóleos y estoy asumiendo entre treinta y cinco y cuarenta y cinco kilómetros semanales sin pereza, aunque tampoco sin agobios. Saliendo a mi aire, en horarios intempestivos, sin importarme apenas las dictaduras de las comidas y demás onerosidades. Sin duda, sigo sintiéndome afortunado por poder seguir corriendo y poder seguir haciéndolo por los lugares que me placen, que cada día me gustan más.
En fin, que ya estamos en los caminos de nuevo, aunque en realidad siempre lo hemos estado.

2 comentarios:

  1. Bueno amigo, sin duda disfrutas de correr en todas las estaciones de año, en todas hay magia.
    Si no se tercian las cosas, voy por primera vez a San Antón, espero estrechar tu mano. Un abrazo

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  2. Correr por lugares que solo pueden evocar y desarrollar fantasía y bienestar.
    Hay que saber correr, y no me refiero a la técnica, sino al momento y a los lugares "únicos" que envuelven la carrera.

    Hay más reflexión y contenido en una "simple" carrera, que en el resto de acontecimientos habidos durante el día.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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