13 diciembre 2010

BARCELONA ES LITERATURA








Barcelona, es una ciudad predispuesta para la literatura. Lo venía a decir Adán desde Chile en un comentario anterior a raíz de mi artículo publicado en Garnata sobre las ciudades literarias. Y, precisamente, venía de visitar esta ciudad en estos días y corroboraba ese hecho que ya había observado en la lectura, no sólo en los últimos best-seller de dos nuevos narradores catalanes: Carlos Ruiz Zafón e Ildefonso Falcones, sino en esa novela que narra lo que marca un antes y un después de esa Barcelona universal y diversa, que no es otra que la excelente "La ciudad de los prodigios" del inagotable Eduardo Mendoza, actual premio Planeta. Además, el reciente premio Nobel de literatura, Vargas Llosa, se siente más catalán que español porque hizo de Barcelona uno de sus refugios escribidores.
Barcelona son muchas cosas, muchas ciudades. Porque existen varias ciudades superestructuradas de forma independiente aunque, al mismo tiempo, conectadas de una forma u otra.
La Barcelona futbolera que habita y respira en torno a ese equipo de sueños infinitos nada tendrá en común con esa barcelona golfa y babel del Raval; y la medieval presencia del Barrio Gótico y el Born, con la simbólica presencia de Santa María del Mar que tan amplia e irregular novela inspiró a Falcones, probablemente jamás se den la mano con la Barcelona moderna, próspera y rica de la Diagonal o del entorno de esos edificios vanguardistas simbolizados por la torre Agbar; o, tal vez, esa variopinta y heterogénea mezcla que representa esa montaña de Montjuic que alberga tanto una espléndida muestra de pintura y escultura románica y gótica contenida en su Museo Nacional de Arte como la majestuosidad de su mítico Estadio Olímpico.
Todo es inacabable e inabordable en esta ciudad símbolo del catalinismo.
Esas superestructuras que se contienen en una misma ciudad, lógicamente, dan mucho juego para hacer literatura porque las ciudades literarias no se nutren sólo de calles y plaza pintoresas, históricas o artísticas sino de la variedad que conforman sus gentes y sus relaciones, que son los elementos necesarios que pueden elevar a categoría literaria a una ciudad. Y en todo eso Barcelona -como en el fútbol- gana por goleada.

4 comentarios:

  1. lástima de ese nacionalismo y ese rechazo a lo que somos, españoles.

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  2. Sí, ese sentimiento flota en el ambiente pareciendo que estás en otro país, aunque hay de todo.. ¿Cómo vas en tus correrías?

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  3. intento mantener el punto que consegui en la media de granada, pero he bajado la actividad un poco

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  4. Que buena!!
    Pretendo el próximo año conocer Barcelona.
    Saludos y muchas gracias por la mención.

    :)

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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