26 abril 2010

SOBRE PESO Y ALIMENTOS


Lo hablaba el otro día con Abel y Antonio: cuesta mucho perder peso y poco ganarlo.
Que los corredores hablemos de estos temas es común, pero mucho me temo que podríamos estar hablando de cosas distintas a como lo trata gente que no corre.
Quien no corre, por lo general quiere -necesita- adelgazar, principalmente cuando la primavera está en su cenit y ya se vislumbra el verano. Las ropas delatan, hay más vida en el exterior, hay más luz. Y, por lo general, es la época en la que hay lista de espera en los gimnasios y los sempiternos caminos del invierno, tan solitarios y taciturnos, ahora rebosan de personas que andan rápido y corren, convirtiéndose en las bien denominadas rutas del colesterol.
Pero hablar de perder peso entre corredores es otra cosa. Por lo general, quienes corremos mantenemos la grasa en niveles mínimos y nuestro lenguaje sobre perder peso no tiene mucho que ver con el lenguaje del ciudadano que desea estilizar su figura y perder esos kilos acumulados durante el invierno, por lo general, debido a una vida sedentaria.
Los corredores queremos perder peso por otros motivos, siendo el principal el anhelo de poder llevar menos lastre en nuestros entrenamientos y carreras, si bien en ocasiones no reparamos en que lo importante no es que la báscula marque unos kilos de menos sino que podamos cerciorarnos que nuestros niveles de grasa estén bajo mínimos mientras que nuestro sistema muscular (el de las piernas, pies y abdomen, principalmente) esté lo suficientemente desarrollado para poder llevar a cabo nuestra función. Y eso, inevitablemente, conlleva pesar algo más porque según los expertos pesa más el músculo que la grasa.
Otra cosa distinta es ser consciente de que hay que eliminar ciertos alimentos y bebidas de nuestro régimen alimenticio diario, algo que a todos nos cuesta. A mí el primero.

En mi caso particular, desde que acabó 2009 y comenzó 2010 no he podido evitar incrementar un par de kilos más, a pesar de que el entrenamiento -y por tanto, la musculatura no es la culpable- no era intenso. Ese par de kilos -en mi caso- es debido al régimen alimenticio, principalmente al pan y la cerveza, alimentos que integro a diario prácticamente en mis costumbres culinarias.
Podrá ocurrir que entrene a partir de ahora con más potencia y esos dos kilos los siga conservando pero la sensación será de más delgadez. En ese caso, la explicación es fácil: hay más músculo, sobre todo en las piernas. O bien, no incrementar ese entrenamiento y suprimir esos alimentos y bebida como costumbre diaria e inmediatamente la balanza volverá a esos menos dos kilos antiguos.
Por otra parte, nuestro régimen alimenticio de corredores no puede ser el erial nutritivo y vitamínico en que se convierte la dieta de personas que se obsesionan con las dietas milagro. Sencillamente porque nuestro esfuerzo diario necesita un alimento contundente que contenga los suficiente hidratos, grasas saludables y proteínas que nos permitan mantener ese ritmo explosivo que supone acabar la semana por encima de los cuarenta kilómetros. De ahí que quienes corremos no debamos estar obsesionados con la delgadez sino con la eliminación de la grasa innecesaria y la consiguiente estimulación de la estructura muscular que evitar lesiones y otros problemas indeseados.
¿ Cómo lo veis ?

5 comentarios:

  1. Buena entrada, dando en el clavo.
    Lo importante es no tomar exceso de grasas.
    Eso si la cerveza no puede faltar, y más ahora que vienen los calores.
    Lo malo son las TAPAS que acompañan a la cerveza y que engordan.

    Saludos

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  2. Alimentación equilibrada, ni más ni menos. Sin obsesiones, sin restricciones drásticas. La cerveza no la eliminaré jamás de mi dieta (tomo con moderación), el pan ni por asomo (si es de centeno, mejor, más rico) y frutas a mansalva, verduras, pesacado, huevo, cereales, pasta... Hay que comer de todo, el peso es un tema más delicado. La complexión de cada uno de nosotros dista un mundo y alcanzar el peso perfecto es complicado.
    Yo, incluso después de un entreno exigente, apenas peso un kilo y medio menos, para recuperarlo en cuanto bebo un poco. De 80 kgs no bajo ni de coña. Pero tampoco quiero.

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  3. el caso es que cuando mejor he estado he cogido peso.
    por cierto me gusto tu entrada sobre los "progres"

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  4. A mí cada vez me cuesta más perder siquiera 100 gramos. Empiezo a perder también esa carrera!!!

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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