08 agosto 2009

UNA RUTA ESPECTACULAR...PERO DURA.




















Me ha parecido oportuno "participaros" de esta ruta, porque es realmente interesante, pero no exenta de dureza.
Se trata de "una media maratón". Son 21 kilómetros que no dan tregua. Además, hay que estar previamente mentalizado para soportar algunos kilómetros de fuertes subidas entre los kilómetros ocho y diez y medio, principalmente. Cuestas que no son tachuelas -éstas las encontraremos a lo largo del recorrido de forma continua-, ya que se tratan de los primeros kilómetros de la "mítica" subida a Moclín, que en su día fue considerado puerto de primera categoría en una importante prueba ciclista. Por tanto, se trata de una ruta que se ha de realizar con la suficiente seguridad de poder responder a lo largo y ancho de esos angostos trazados que unen Pinos Puente con la comarca de los Montes Orientales, vía Tiena, población de no más de 500 habitantes, perteneciente al municipio de Moclín (que cuenta además con las pedanías de Olivares -muy similar y cercana a Tiena- y Puerto Lope - de población similar a las anteriores y que está muy cerca del límite con la provincia de Jaén, cercana al término de Alcalá la Real-. Además cuenta con las pedanías de Limones y Tózar, mucho más pequeñas que las anteriores).
Pero sin las palabras aspiran a ser elocuentes, mucho más son las imágenes. De ahí, que haya dispuesto de cámara en ristre y haya realizado ese reportaje fotográfico tras acabar la ruta, reproduciendo fielmente algunas imágenes de la ruta de ida (la vuelta es idéntica, ya que hay que volver por el mismo lugar).
Y he decidido plasmar la ida porque es donde están las mayores dificultades de esta ruta entre Pinos Puente y Tiena. La vuelta tampoco es fácil pero mucho más asequible que la ida. Sin embargo, ha sido en la vuelta donde he tenido más problemas físicos como ya contaré más adelante. En esa vuelta he estado a punto de romperme.
En total (entre ida y vuelta) se trata de una ruta total de 21 kilómetros, es decir, una media maratón de las que habría que calificar no urbana y dura; mucho más dura que la de Guadix, por poner un sólo ejemplo, pero mucho menos que la Media Maratón de Montaña de La Ragua, por poner otro ejemplo.
Una ruta que he podido completar a una media de algunos segundos por encima de cinco minutos el mil. Un ritmo no demasiado exigente -pero sí lo suficiente para este tipo de terreno-, aunque tampoco trotón.

LAS FOTOGRAFÍAS

La película fotográfica ofrece el recorrido. El de ida, que es el que mayor dificultad entraña (hay que volver por la misma ruta).
La sucesión de instantáneas ofrecen secuencialmente la salida en la primera fotografía, desde la instalaciones deportivas de Pinos Puente, hasta la llegada al kilómetro 10, situado en las terribles rampas que conducen a la localidad de Moclín, ya en la salida de Tiena. Entre la primera y la última se pueden ir observando los momentos más destacados del recorrido, apreciándose en las últimas fotografias la dificultad, principalmente, en la temible subida a Tiena y la carretera de montaña posterior.
LAS SENSACIONES

Decía anteriormente que experimenté problemas en la vuelta, precisamente, en la parte que menor dificultad ofrecía.
Obviando, algunos contratiempos fisiológicos que experimenté tanto en la ida como en la vuelta -fácilmente solucionables, ya que se trata de una ruta repleta de naturaleza que permite negociar esos contratiempos sin problema alguno-, en la vuelta casi me rompo.
Los problemas en el calcáneo izquierdo persisten y van a más. Y, además, he tenido un conato de pinchazo en soleo izquierdo que me ha obligado a detenerme en cuatro ocasiones. En la última ocasión que me detuve, deduje que si el estiramiento y el automasaje no surtía efecto no iba a tener otra solución que acabar el recorrido andando. Faltaban aún cinco kilómetros para acabar la ruta. Pero me mentalicé a ello. Llevaba en esta ocasión la mochila de hidratación con suficiente carga de isotónico y hubo momentos en los que me costaba hasta andar; así que con la mentalización suficiente comprendí que la lesión estaba latente y que tampoco habían ayudado el abuso en el uso de las Asics 2100 -que ya tendría que haber jubilado-. A pesar de que lo sabía -que las tenía que haber jubilado, digo-, no lo hice por resistirme a comprender que su buen servicio, comodidad y prestaciones ya estaban llegando a su fin. Y, aunque lo sabía, no quería saberlo. Pero la realidad siempre se impone, y hoy han cavado su propia tumba. No es completamente certero que la lesión haya podido venir únicamente por la pérdida de propiedades de las zapatillas, pero ese dato ha contribuido.
En puridad, es muy probable que exista una razón de mayor peso: los primeros siete meses del año han sido de mucha carga kilométrica. En febrero corrí el maratón de Sevilla, que supuso una carga de kilómetros importante en ese mismo mes, así como en enero -sin obviar el mes de diciembre-; la subida a la Ragua supuso un desgaste considerable y, por su parte, no ha habido demasiado descanso en entrenamientos y en competición. Todo junto han sumado una importante carga kilométrica, ya digo.
Por tanto, lo sensato es descansar. Parar durante, al menos, diez días. Detenerme ahora antes que la lesión arrecié. Es lo sensato.
Pero queda la satisfacción de esa ruta, que ni el sabor agridulce de ese conato de lesión le ha restado un ápice de espectacularidad.
Decía que en la ruta de vuelta hube de detenerme hasta en cuatro ocasiones y que opté por ofrecer la última oportunidad: si el automasaje y el concienzudo estiramiento último, en algún lugar perdido de la ruta, no ofrecía solución alguna, debía seguir andando durante cinco kilómetros. Pero operó el milagro. Pude continuar corriendo, pero no no sin dificultad y bajando el ritmo de forma considerable. Persistían las molestias pero el dolor no era acuciante. Aparecía más intenso en las cuestas, pero desaparecía bastante en el resto del recorrido. De esa guisa pude recorrer los últimos cinco kilómetros. Con dificultad física por mor de los problemas musculares, pero muy entero en cuanto a resistencia y respiración. Sin duda, que esa buena forma aeróbica posibilitó que completara la ruta.
Aunque sé que el mal está ahí, encerrado entre tendones y músculos, dispuesto a aparecer al menor esfuerzo que haga. Así que no hay más solución que descansar y tratar esa zona muscular. Escuchar el cuerpo antes de hacer oídos sordos.
¿ Con diez días será suficiente ? Lo iré comprobando paso a paso.

10 comentarios:

  1. Jose Antonio, siempre se agradece esas fotos, las cuales nos hacen ver de lo que hablas, aunque lo describe a la perfección.
    Darle una tregua a tu cuerpo (escucha tu cuerpo, decía Sheehan), seguro que tus piernas te la agradecerán, la temporada que empieza pronto es muy larga.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Te veo en plena forma, buscando recorridos distintos, duros, exigentes, espectaculares. Gracias por participarlos. A ver si alguna vez los hacemos. Ojalá que desde septiembre volvamos a la rutina grupal!!!!

    ¿Y esa Vega?

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno el reportaje donde se aprecia la dureza de las rampas.
    Conozco Moclín y Alcalá la Real, dos bellezas de pueblos con el sabor del califato.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Esa ruta es dura, pero a la vez muy llamativa, lo sé por experiencia, además sabes que me gustan más los paisajes abruptos que los llanos.

    ¿estás preparando la media de Guadix? por el recorrido lo parece. Cuídate esos gemelos y soleos, ya sabes estiramientos y descanso moderado, además de los ejercicios de elongación. Lo del calacaneo ¿es del hueso o fascitis? si el lo último unos masajes con una pelota de golf ayudan mucho.

    Bueno un saludo y cuídate, que con esos calores, esos recorridos y las molestias, más parece un calvario que un entreno. Al menos para los legos

    ResponderEliminar
  5. Hala, te mandé sms instándote a entrenar hoy sin haber leído previamente esta entrada. Bueno, pues nada, a descansar. Yo necesito correr, sobre todo ahora que vengo con algunos excesos.

    Ese recorrido... es que al ver las fotos me da angustia, es que recuerdo la primera vez, aquella tarde calurosa de mayo... Es de los que curten, sin duda. Ese parón te vendrá bien para tus gemelos y... ¡no abuses de las zapas y jubila las 2100!

    ResponderEliminar
  6. ¡ Qué difícil se hace escuchar al cuerpo cuando nos encontramos en forma, Paco ! Pero esa sabia reconmendación de Sheehan, al que tanto admiras, es bíblica. Días atrás sentía las piernas cansadas y rígidas y he tenido suerte de no romperme en esa ruta. Pero ahora paro. Mañana voy al fisio.

    Pero ahora he de parar Alter. Lo de la Vega quizá podamos hacerlo en unos días (no deseo estar mucho tiempo en dique seco porque no he llegado a lesionarme). ¡Haz memoria, que recuerdas esa ruta!

    Gracias Trapatroles, como bien dices es una zona muy especial: seca, solitaria, casi misteriosa. Por eso me gusta correr por allí, a pesar de su dureza. Saludos.

    Antonio, una ruta que hace tus delicias (recuerda que tienes pendiente la subida a Moclín). Ahora necesito descansar, masajearme, estirar, que me estoy dando demasiado tralla. Lo del calcaneo no sabría decir si es muscular o del hueso, espero que el fisio me lo diga mañana. Saludos desde el continente.

    Javi, deduje que aún no habías leído la entrada, hubiera sido magnífico una ruta lúdica-deportiva por la vega, para lo que siempre estoy dispuesto. En unos días la hacemos fijo.
    Sé que recuerdas bien aquella ruta: aquella subida calurosa en mayo; la salida con Victor; y la subida a Moclín. Es una ruta muy especial que a mí me apasiona. Ya he jubilado las 2100 que han podido contribuir a esa dolencia muscular.

    ResponderEliminar
  7. Me gusta esa ruta. Yo hice también esa distancia ayer con Blas y Carlos haciendo series de 10 minutos a pulsos, un entrenamiento muy bueno. Pero no te pierdas al amigo Jose (Oliver) que nos lo encontramos por el camino de la fuente de la bicha y tras hablar conmigo unos minutos se fue a cazar a Blas y Carlos que iban por delante en su serie rápida.

    Me alegro que estés motivado, espero que esa lesión no reaparezca. Un abrazo. Victor

    ResponderEliminar
  8. Víctor, que veo que no para. En realidad, no paramos ninguno. Yo ahora si lo haré unos días: he recibido un aviso.
    Por cierto, te traerán buenos recuerdos esas fotos de un recorrido que conoces bien.

    ResponderEliminar
  9. Me alegro de que no haya lesión. Si es que las sesiones de fisio hay que introducirlas en nuestra rutina de corredores.Es necesario. Yo, cuando empiece la temporada en serio, una vez al mes pienso acudir a mi fisio de El Ejido, que un masaje de descarga de vez en cuando viene de perlas. Por cierto, el que tú vas en Granada, ¿me lo recomiendas? Dame luego los datos, si no te importa.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  10. Por supuesto te daré cumplida cuenta. Hoy tengo la segunda sesión. En la primera me ofreció buena impresión, principalmente, porque es fisio de deportistas y eso siempre ofrece confianza. Si me pone a punto para mí será el mejor jeje.

    ResponderEliminar

Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...