01 marzo 2009

EL ARDUO CAMINO DE LA CORRUPCIÓN


Escribía hace unos días sobre la corrupción del PP. Y, decía, que esa travesía del desierto que ahora atraviesa el partido de Mariano Rajoy ya había sido pasada por el partido de Zapatero. Son los dos grandes partidos del mapa político español. Partidos que, más allá de la política, extienden telescópicamente sus tentáculos a otros mundos menos prosaicos que la política misma. Partidos que por ser los más poderosos gobiernan en infinidad de municipios, gobiernan comunidades autónomas y se alternan cada pocos años en el gobierno del país.Y si a toda esa mezcla peligrosa unimos la situación por la que ha atravesado España en los últimos años, esa mezcla se convierte en explosiva.

Sin embargo, no pensemos que no existe corrupción en otros partidos. Ésta existe en todos, pero no todos tienen el poder necesario para que esa ese gusano se haga fuerte. Mantenía entonces y mantengo ahora que es erróneo pensar que son los partidos en sí quienes están podridos por el gusano de la corrupción. Si así fuera, deberíamos de inventarnos otros sistema y no sería sostenible una sociedad que se autodenomina democrática. Por tanto, sino queremos caer en el desánimo colectivo, debemos pensar que la corrupción ha penetrado en organismo de determinados elementos de estos partidos y de adláteres cercanos. Porque si esa corrupción afectara a sus propios dirigentes y responsables públicos, la ley no deberá ser mojigata ni débil.
Pero ¿cuál es el camino que lleva, por ejemplo, a un concejal a corromperse? A cuenta de esta pregunta escribí hace un año aproximádamente un artículo para Ideal que se denominó "El arduo camino de la corrupción", un artículo escrito, básicamente, a raíz del "caso Marbella", pero que representaba una reflexión general y que, creo, puede venir bien a cuento de este asunto. Si os apetece leerlo os dejo con él:


EL ARDUO CAMINO DE LA CORRUPCIÓN


No deja de ser curioso que aún poseamos capacidad de asombro ante la avalancha corruptora que chirría en nuestras cabezas. Ahora que el “efecto Marbella” hace estragos en determinados consistorios y los concejales de urbanismo son mirados como apestados, los ciudadanos que no poseemos cargo alguno nos rasgamos las vestiduras, lamentando que quienes hoy se corrompen ayer eran nuestros vecinos más idealistas y más ilusionados por hacer cosas por nuestro pueblo, ciudad o barrio, a los que saludábamos con honores de césares y a los que de vez en cuando acudíamos por si pudieran hacernos algún favorcillo. Dieron el primer paso para entrar en política, acudieron un buen día a afiliarse a un partido, tuvieron que emplear horas infinitas de su tiempo, de su trabajo, de sus estudios, del tiempo de su familia para, por fin, después de muchos sin sabores y algún buen sabor, alguna que otra puñalada política y restos de amigos dejados por el camino, colocarse, en un buen número, en una lista local con opciones para las próximas elecciones municipales. Debieron participar activamente en la campaña y dejar de nuevo de lado su tiempo, su trabajo y su familia. Y si su trabajo radicaba en la empresa privada contaban con muchas posibilidades de perderlo para siempre, porque pocos jefes admiten que su empleado desaparezca del proceso productivo en pos de su vocación política cada vez que los jerifaltes del partido le llaman al móvil. Otra cosa sería trabajar en la res pública. Luego tuvieron que participar en los diversos mítines y actos públicos que programa el partido y aprender a dar voces en esos actos; aprender a modular el tono de voz para arrancar unos ovejeros aplausos (algo que sólo han hecho bien en este país dos o tres políticos, a lo sumo); aprender a estrechar la mano aparentando serenidad y calidez en el rostro mientras se mira al votante potencial; aprender a comprometerse sin llegar a comprometerse. En fin, a trazar toda una metódica carrera para llega alto. Probablemente sea un tipo idealista, muy convencido de su vocación, que ya ha demostrado sobradamente en los enésimos años de delegado de curso en el instituto y otros tantos de presidente de la comunidad de vecinos, seguramente provisto de sinceros sentimientos de emoción al contemplar cómo el pueblo que lo ha visto nacer ahora lo ve de concejal o de alcalde, luego ¿qué proceso ha tenido que operar para que nuestro hombre o mujer llegue a corromperse? ¿El dinero? ¿El poder? No es fácil llegar a saberlo, pero quien ha estado en algún cargo público en alguna ocasión podría ratificar conmigo que casi todo alrededor parece pensado para él; que en su entorno más próximo pululan palmeros y gente insincera que adula para obtener ventaja y que regala para ser regalado; y desde ahí hasta la arrebatadora puerta que traspasa esa perniciosa frontera de lo ajeno solo dista un ápice.

Muchos pensarán que la persona que acaba revolcándose en el fango de la corrupción ya tenía totalmente proyectada su meteórica y particular carrera. Es posible, pero no soy de esa opinión. Podría ser que en algún caso de alta dosis de ambición y frialdad así fuera, pero en la mayoría de los casos no. Otra cosa distinta es que, igual que muchos y muchas jóvenes consideran viable hacerse famoso y hacer dinero rápido por la vía del protagonismo ramplón en la programación basura poniendo barata su dignidad en el mercado, sin tener que pasar por una facultad o un curro para conseguir nada más que humillaciones laborales futuras, pudieran darse las circunstancias, ya digo, con determinación gélida, que algunas personas opten a cargos públicos con la idea de forrarse, tal y como parece comentó uno de los políticos más conocidos del país ahora en la oposición, pero de ahí a generalizar va un abismo. Ahora bien, tampoco es positivo para el funcionamiento normal de las instituciones generalizar en el sentido en que lo hace la voz popular que afirma que se está ahí para forrarse. Quizá lo que ahora esté ocurriendo en España no sea más que la consecuencia de lo que tarde o temprano tenía que ocurrir; ha ocurrido en muchos países antes que en el nuestro. Lo grave realmente es que esa práctica se convierta en generalizada y cotidiana, que la fuerza de la costumbre sea superior a la fuerza de la ley, sin que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial arbitren medidas muy contundentes y precisas. Lo ocurrido en Marbella, que era como la trama de la excelente novela de Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, podría considerarse como una desvergüenza que ayudará a solucionar otras desvergüenzas que vienen y vendrán por el camino. Habrá más casos de corrupción o se investigarán nuevas implicaciones en los distintos contenciosos abiertos por todo el país. Caerán y rodarán cabezas y – esperemos – las cárceles se llenarán de cuellos blancos. Pero todo eso no será más que el proceso necesario para que en un futuro próximo tengamos políticos más honestos, leyes más contundentes y jueces más valientes, que es tanto como pedir que nosotros, los ciudadanos, consideremos en serio que tenemos que cambiar el rumbo de las cosas y elegir mejor a los usufructuarios del poder. El coste será grande pero necesario.

Otra cosa distinta podría ser la respuesta que demos los ciudadanos en las urnas. Lo previsible será – también ha ocurrido en otros países – la existencia de una mayor abstención producto del desencanto ante el asqueo persistente de cada día, pero ese también será un proceso lógico ya que todos somos copartícipes de hacia donde queremos dirigirnos. Y no será más que el camino necesario que habrá que recorrer para optar a la candidatura de país serio y convencido de su Derecho. Si todo este zoco urbanístico, que sonroja al más deshonesto, sirve para transformar este mecanismo político tan pernicioso y nocivo habrá que considerarlo como un mal necesario. Pero, claro, para eso habrá que tener voluntad de cambiar y que nuestros ojos sean capaces de otear otros horizontes menos plagados de euros fáciles.

8 comentarios:

  1. Los políticos son el claro ejemplo y representación de los ciudadanos por los que han sido elegidos, a la misma vez que son tambien un espejo donde se mira la sociedad para establecer sus modos de actuación.
    Ello conlleva a que se cierra un círculo vicioso, dificil de romper, sobre todo en época de vacas gordas. Veremos si en época de vacas flacas, logramos romper ese idilio nada propicio ni para el político, ni para el ciudadano.
    Saludos!!

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  2. Un gran artículo, de la máxima actualidad.

    ¿Cómo ves que los comportamientos suntuarios (Touriño o Bermejo) ahora tb se estén llevando por delante a gente que predica una cosa y hace la opuesta?

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  3. Estás en lo cierto Abel: tenemos los políticos que en buena parte nos merecemos. La sociedad civil debería aprender a vivir sin reflejarse en esos políticos porqque dan sobrada muerta éstos de importarle un rábano aquella. Yo creo que el político necesita más de la gente que la gente del político.

    Un artículo, que vuelve a tomar actualidad. Claro que es importante, Alter, que la gente vote en función de gestos suntuosos. Ojalá el electorado fuera consecuente y votara siempre en función de la actuación política, aunque en desgracia no es siempre así.

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  4. Je je, máxima actualidad, si no que se lo pregunten a los ciudadanos de Alcaucín, en Málaga. Impresionante, esta mañana escuchaba por la radio a una señora del pueblo que decía: "Yo no entiendo de política ni na de lo que ha hecho, pero no merece estar en la cárcel". Para esta gente, para estos pueblos, pobres y humildes trabajadores, desconocedores de las sucias estrategias de sus dirigentes, lo que no sea matar no es para ir a la cárcel. Estas ratas utilizan a sus votantes, hasta el punto que los aplauden de camino a la cárcel, por no hablar de que hacen lo contrario a lo que predican, como indica Jesús. Qué vergüenza.

    En otro orden de cosas, habrá este año Piorno Rock, por lo visto, el 6 de junio, con un cartel de grupos modernos muy tralleros, rollo hardcore metal, hasta ahora confirmados: Caliban, Entombed (los míticos deathmetaleros suecos), The Haunted (death técnico) Xkrude (banda jienense bastante trallera cuyo bajista conocí hace unos años) y Brujería (iré por ver a estos salvajes, banda compuesta por miembros de diversos grupos estadounidenses y mejicanos, de ahí que sean hispanohablantes). ¿Qué dices?

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  5. Felicidades por tu artículo, cuyo tema por desgracia sigue vigente, aunque tras los continuos casos de corrupción política que van sucediéndose, podría decir perenne.

    Quizá muchas de las personas que ingresan en el mundo de la política lo hacen por vocación y luego terminan corrompiéndose, pero también abundan los arribistas. Personan que ven la política como una profesión donde, si careces de escrúpulos y sabes medrar, puedes alcanzar un nivel económico y social que jamás conseguirían en otro ámbito.

    Forma de paliarlo: acabar con las "juventudes" o "nuevas generaciones" de los partidos, y exigir a los políticos una mínima formación y experiencia profesional. Esto es, que nos represente gente preparada, que no se sienta totalmente apegada al cargo.

    Un saludo

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  6. Javi, de forma parecida llevan algunos gobernandonos lustros, apoyándose en un voto ignorante o interesado, que no sé lo que es peor.

    Oye me sorprende lo del Piorno. El último se hizo de forma fallida en noviembre y fue un fracaso por falta de publicidad y un cartel pobre. Por cierto ¿ dónde leíste lo del nuevo cartel ?

    Vacuit, estamos de acuerdo. Cada vez es más la gente que entra en política por interés y el ciudadano eso debería de verlo. Hay quien se corrompe por falta de previsión y eso puede ser más perdonable, producto de una debilidad y cantos de sirenas del poder, pero el primer caso es imperdonable: es la degradación del sistema político. Saludos.

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  7. http://www.myspace.com/festivalpiornorock

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  8. Anónimo5/3/09, 0:12

    Dª Espe (la chica ex de Ansar) se inventa un pseudo-contraespionaje para arrinconar (o machacar) tanto a los Gallardones como a sus propios espías.

    Fabra dice que sus pecados "veniales", se quedaron en aquel confesionario electoral del año 2007.

    Rajoy "espera" que la corrupción de Boadilla, Alhaurín el Grande, Madrid, Valencia, Correa, etc., haya quedado superada por un cazador de pacotilla como Bermejo, la victoria de un tal Feijóo (posible sucesor de Rajoy) y el apoyo envenenado Eusko-López.

    Garzón era y es muy malo. Pero cuando metía en la cárcel a Barrionuevo, Vera, Galindo, Roldán, etc., los "aznares" NO DECÍAN ni pío. Le llamaban Garzón Campeador. Parecía del PP.
    ¿ Y ahora ?

    Dª Espe está que trina: acaba de salirle (o nacerle) otro "Gallardón" en el país de los Celtas.
    Al menos, los socialistas reniegan y expulsan a sus presuntos corruptos (como el "colchonero" de Alcaucín).
    La "Espe", lo arregla todo al día siguiente: conferencia en directo y en la COPE.

    Espero, por otra parte, que I.U. también ponga orden y cordura en E.B. (Madrazo pasó de ser apedreado por H.B. hace 10 años, a a ser vituperado hace 15 días por el PNV y D-3M).

    La corrupción es humana y universal. Los síntomas y las soluciones son únicas y diferenciadas. Rajoy debe poner a Dª Espe (y adláteres) en su sitio. Sin complejos.

    Saludos republicanos. Por supuesto.
    Toni Sagrel.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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